La semana por delante

Teatro: La Balaguer hace historia

Ir a ver El tiempo es un sueño, a la sala pequeña del teatro Español, es abordar muchas actividades en una sola que termina siendo satisfactoria desde todas sus variadas y posibles lecturas. Por un lado se puede ver un espectáculo bien estructurado, en el que podemos disfrutar de un monólogo no exento de una buena carpintería teatral, y una puesta en escena más que digna. Ambas cosas abordadas por un profundo conocedor del género, Rafael Álvarez, El Brujo. Por otro es ver sobre el escenario a una gran actriz, Asunción Balaguer, que demuestra a sus casi 88 años que aún tiene mucho que decir, ¡y cómo lo dice! Pero también es un repaso histórico a un país y una cultura, la que ella ha vivido en los últimos 17 lustros, muchos de los cuales pasó junto a su marido, Paco Rabal.

Un espectáculo entrañable, con la fuerza que solo puede dar escuchar una autobiografía repleta de vivencias.— ROSANA TORRES

Clásica: De la batuta a la claqueta

La música de cine siempre es un buen reclamo. Las orquestas españolas lo saben, y por eso cada año incluyen conciertos de bandas sonoras en sus temporadas. Ahora es el turno de la Orquesta Nacional de España, dirigida por George Pehlivanian. El próximo domingo, en concierto matinal, los músicos de la ONE intepretarán el Concierto para violonchelo y orquesta de Tan Dun que sirvió de música para la película Tigre y dragón, de Ang Lee, con Ángel Luis Quintana como solista. El programa lo completan dos compositores muy diferentes. Por un lado, uno de nuestros mejores creadores en música de cine, Roque Baños, que llega con Alatriste; y por otra parte, la inmortalidad hollywoodiense de John Williams, reflejada en el Himno a los caídos de Salvar al soldado Ryan y la interesante suite del capítulo uno de Star wars: La amenaza fantasma. Un buen plan para la mañana del domingo, para llevar a la familia y disfrutar de un concierto de cine con una gran orquesta.— MIGUEL PÉREZ MARTÍN

Arte: Vicente Verdú y el color

Blanco, rojo, marrón, diferentes tonalidades de verdes y algunos personajes levemente apuntados. El cuadro se llama Vecinos y es todo un derroche de color que forma parte de la exposición que Vicente Verdú (Elche, 1942) protagoniza en la galería Victor i Fills (Villanueva, 40).

En la línea de sus anteriores exposiciones, Verdú retoma el color como tema central de su trabajo. La docena larga de cuadros que ahora expone recuerdan, al primer golpe de vista, la exuberancia colorista de los pintores fauvistas. En general, son composiciones que parecen inspiradas en paisajes en los que la naturaleza todavía no ha sido contaminada por el paso del hombre.— ÁNGELES GARCÍA

Cine:  Los ‘Robinjú’ de Sevilla

El Culebra y El Cabesa son dos librepensadores. Reaccionarios, anarquistas, igualitarios, creadores de sentencias dignas de figurar en grandes recopilaciones filosóficas. El único problema que les impide alcanzar la posteridad es que a lo anterior se añade que son dos parias sevillanos sin más oficio que el de intentar asaltar bancos. Alfonso Sánchez debuta como director y guionista con un largo contundente, divertido, coherente: El mundo es nuestro, que él mismo protagoniza (su carrera es la interpretación) junto a Alberto López. En la sucursal bancaria donde se quedan encerrados por un atraco mal planeado se reproducen todas las injusticias que hay en el exterior. Lúcida, divertida, se proyecta el martes a las 17.30 en la Filmoteca (Santa Isabel, 3).— GREGORIO BELINCHÓN

Danza:  25 años al tajo

En el arranque del festival Madrid en Danza destaca la celebración del 25º aniversario de la compañía Provisional Danza, que fundó y dirige Carmen Werner; será en los Teatros del Canal del 8 al 10, en una reunión escénica de casi la totalidad de sus colaboradores en este cuarto de siglo de creación coréutica y aventuras estéticas. Werner, que ganó el Premio Nacional de Danza en 2007, ha titulado la obra memorial Sin pena ni gloria, la que culmina más de 60 coreografías de los más diversos formatos.— ROGER SALAS

Rock:  The Walkmen, valor seguro

The Walkmen son un valor seguro. Siete álbumes que van de menos a más, desde 1999, y un directo irreprochable, han convertido a este quinteto neoyorquino en una de las bandas de rock más respetables del momento. No han inventado nada pero han encontrado la forma de combinar lo mejor de varios mundos: la fiereza y la sinceridad del hardcore, con el espíritu de riesgo del pospunk y la férrea seguridad de ser un grupo de rock. El jueves pasan por la sala Arena con su último disco, Heaven, publicado en mayo, producido por Phil Ek.— IÑIGO LÓPEZ PALACIOS