Mas pide la mayoría absoluta: “Irán a por mí para desestabilizar el proceso”
El presidente advierte de que el proceso se debilitará si no tiene una “mayoría excepcional” Hasta ahora casi ninguna encuesta vaticina la mayoría absoluta de CiU el 25-N "Yo este proceso lo hago hasta el fina mientras tenga al pueblo al ladol", ha asegurado
El camino de Artur Mas hacia las elecciones del 25 de noviembre no se le está haciendo tan corto como creía cuando precipitó el anticipo electoral. La mayor parte de las encuestas se resisten a otorgarle la mayoría absoluta y su apuesta soberanista ha recibido los últimos días dos serios varapalos. Uno desde fuera, con las voces de la Comisión Europea que niegan que Cataluña tenga garantizado un puesto en la UE en caso de independencia unilateral. El otro contratiempo, en forma de fuego amigo, lo ha provocado el número dos de CiU, Josep Antoni Duran i Lleida, al ratificar las tesis de la Comisión Europea y alertar de que en estos momentos no existe en Cataluña una mayoría amplia por la independencia. Para evitar que el discurso se le desinfle más, el presidente de la Generalitat y líder de Convergència i Unió apeló ayer a los sentimientos para conseguir un cierre de filas de todo el catalanismo en torno a su proyecto. “Necesitamos una mayoría muy clara, excepcional. Cuando nos miren desde Madrid, Bruselas o Washington querrán saber si Cataluña tiene un liderazgo fuerte para emprender el proceso, y si no lo tiene iremos a trancas y barrancas”, dijo durante un acto de partido en Barcelona.
Cuando nos miren desde Madrid o Bruselas querrán saber si Cataluña tiene un liderazgo fuerte
El líder nacionalista derrochó épica al asegurar que no le resulta fácil encabezar un proyecto de este tipo e insinuó que será víctima de una guerra sucia. “Irán a por mí, para desestabilizarme a mí y al proyecto”, dijo sin especificar a quién se refería. Por eso pidió el apoyo de “una mayoría excepcional” y reiteró que no tendrá problemas en retirarse una vez logrado el objetivo de consultar a los catalanes sobre la soberanía de Cataluña. “Siempre que sea necesario durante el proceso, Convergència i Unió y yo mismo daremos un paso atrás”.
Las encuestas revelan que Convergència i Unió suma apoyos respecto a los resultados de 2010, pero no los suficientes para alcanzar la mayoría absoluta, situada en Cataluña en los 68 escaños. La mayor parte de los sondeos le otorgan entre 64 y 66. También parece haberse detenido el trasvase de votantes hacia posiciones independentistas, aunque el apoyo a la secesión se mantiene en cotas muy altas, en torno al 50-53% según el sondeo. Eso sí, algunas encuestas, como la publicada la semana pasada por La Vanguardia, revelan una pérdida de apoyos a la independencia en caso de que Cataluña consiguiera una financiación como la que solicitaba Artur Mas. Los independentistas no superarían en ese caso el 43%.
En las filas de CiU se da por hecho que el temor a quedar fuera de la Unión Europea hará mella entre sus votantes. Por eso Mas se ha apresurado a combatirlo con el argumento de que nada podrá detener la independencia de Cataluña y su posterior ingreso en la UE si hay una mayoría sólida. “Nos interesa un resultado claro, limpio y contundente, que no dé pie a ningún tipo de equívoco”. Y remachó que si logra ese apoyo masivo “ni los tribunales ni la Constitución” podrán parar el proceso soberanista.
Hasta ahora, el presidente catalán argumentaba que nunca la Comisión Europea se había pronunciado claramente en el sentido de que una región que se independice pierda la condición de miembro de la UE. Pero ya no echa mano de este argumento, después de que trascendiera una respuesta de la Comisión a un eurodiputado, fechada en 2004, en la que se deja claro que una nueva región independiente se convertirá en un tercer Estado en relación con la Unión y, desde el día de su independencia, los tratados ya no serán de aplicación en su territorio. Ahora Mas centra su discurso en destacar el elevado sentimiento europeísta de los catalanes, en su voluntad de permanencia en la UE y en que Europa no querrá prescindir nunca del dinamismo que atribuye a la economía catalana. Mas defenderá este punto de vista en una conferencia en Bruselas este miércoles.
El problema en este discurso le llega desde dentro de la federación CiU. Duran i Lleida provocó un importante terremoto al alertar de que ve “casi imposible” una Cataluña independiente en la UE y que no se deben simplificar los argumentos. Duran no apareció ayer en el mitin en el que Mas recibió el apoyo de media docena de personalidades de diferentes ámbitos. En nombre de Unió habló la número dos de la lista y vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega. Esta aseguró que el acto de ayer buscaba los puntos que les unen y no los que les separan.
Y, ciertamente, Mas logró un golpe de efecto al reunir el apoyo explícito de antiguos dirigentes del PP, PSC y ERC. La exdiputada autonómica del PP Ángeles Olano, y militante de este partido hasta hace pocos días, defendió a Mas asegurado que ahora es el momento de apoyar a un líder que tiene la “responsabilidad de tirar un pueblo adelante” y añadió que es el momento de que el pueblo catalán decida su futuro. Olano participó en la ponencia que elaboró el Estatuto catalán.
También compareció para apoyar a Mas el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, quien abandonó el PSC hace dos años para entrar en el Gobierno de CiU. Los nacionalistas también quisieron visualizar el apoyo de los catalanes de origen andaluz con un pequeño discurso del radiofonista Justo Molinero, que hasta hace poco, con José Montilla en la Generalitat, se definía como “montillista”.
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