Los ecologistas detectan más de 1.000 ‘paranys’ en 45 municipios de Castellón
Las organizaciones denuncian la caza "furtiva" pese a la prohibición
Los grupos Acció Ecologista-Agró, Apnal-Ecologistes en Acció, Gecen y GER-Ecologistes en Acció han localizado más de un millar de paranys en 45 municipios de la provincia pese a la prohibición de este modalidad de caza de aves por el daño a especies protegidas. Además, en los árboles preparados para cazar tordos -entre las ramas se colocan varillas impregnadas con un producto que atrapa a las aves- se están utilizando "reclamos electrónicos" para atraer a los pájaros. En una nota remitida por Gecen, el grupo ecologista sostiene que la “caza furtiva, masiva y sin control con parany tipificada en el Código Penal como delito es una realidad" pese a que lleva prohibido diez años. La Generalitat ha intentado legalizar el parany como caza tradicional, pero su reforma está pendiente del Tribunal Constitucional.
Así, los ecologistas han denunciado el mantenimiento de paranys en la comarca de la Plana Baixa “con las varetas con liga colocadas durante todo el día y noche”, incluso puestos “muy visibles y junto a las poblaciones”, lo que “demuestra la impunidad y tranquilidad con la que se ejerce la caza furtiva”. No obstante, los ecologistas han constatado durante su investigación que “cada vez son más los furtivos que intentan disimular la actividad utilizando únicamente horarios nocturnos y días festivos, cuando los agentes medioambientales aún no han iniciado su jornada laboral”.
También han recalcado que ecologistas europeos estuvieron durante toda la semana pasada visitando las comarcas de Castellón y que estuvieron intentando denunciar “aunque solo fuera un parany sin conseguirlo”. “Las únicas respuestas recibidas a través de los teléfonos de emergencias fueron evasivas”, indicaron.
Por todo ello, han comparado la “impunidad” en el territorio frente al “compromiso adquirido recientemente por el Gobierno español en los foros internacionales” y han criticado que “una vez más, los hechos comprobados por las ONG medioambientales demuestran que el anteproyecto de la caza sin muerte de la Consejería de Medio Ambiente no es más que una absurda y falaz quimera”.
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