Metro y EMT aparcan los paros de protesta durante noviembre

El calendario de protestas de octubre está agotado y, de momento, no habrá más. Los conductores de Metro de Madrid y de los autobuses urbanos de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) cerraron ayer la última de las siete jornadas de paros parciales convocadas desde el mes de septiembre en ambas redes de transporte público contra los recortes de salarios, derechos y servicios. Esta mañana han decidido, como única protesta de cara al mes de noviembre, secundar la huelga general convocada para el próximo 14 de noviembre, ha explicado José Castañeda, responsable de UGT en la EMT.

Representantes sindicales de ambas empresas públicas han rechazado fijar nuevos paros conjuntos para el mes que viene, aunque no se descartaba convocar protestas de jornada completa en lugar de las huelgas en turnos de mañana y tarde que se han realizado hasta ahora. A final de mes, según Castañeda, se sentarán de nuevo para ver qué hacen en diciembre.

“La idea es seguir en la pelea, pero eso tendrán que ratificarlo los trabajadores en una asamblea el 13 de noviembre”, avanzó ayer Castañeda. “Mientras no acordemos nada, seguiremos con las movilizaciones”, añadió Teodoro Piñuelas, de UGT Metro. Los sindicatos mantuvieron ayer un encuentro “a título privado” con el gerente del Consorcio Regional de Transportes de Madrid, José Manuel Pradillo.

El comité de huelga de Metro se reunirá el miércoles por la mañana con el consejero delegado del suburbano, Ignacio González Velayos. Reclaman que no se les quite la paga extraordinaria, una medida de ahorro aprobada en julio para los empleados públicos por el Gobierno de Mariano Rajoy. Destacan además que hay diferencias en cómo se está descontando ese dinero en ambas empresas.

La EMT anunció a la plantilla la semana pasada que el descuento se aplicaría de una sola vez en diciembre en relación con los conceptos de “sueldo base, antigüedad y una catorceava parte de la paga de marzo”, según la circular de la empresa. En Metro, por su parte, el recorte es más elevado porque se aplica también al salario base y a la antigüedad y se suman disminuciones porcentuales en la paga plus convenio y en distintos complementos. Además, se quitan de sus nóminas desde el pasado agosto. Aplicar uno u otro modelo supone diferencias de “entre 500 y 1.000 euros”, según estimaciones sindicales, entre los trabajadores de las dos empresas públicas, a las que se han sumado en las protestas los empleados de la grúa o los funcionarios del Ayuntamiento de Madrid.

Metro cifró ayer el seguimiento del paro (distribuido en dos tandas de tres horas en horario de mañana y tarde) por debajo del 50% frente a casi el 100% estimado por los sindicatos. Las cifras de la EMT son similares tanto en la estimación de la empresa (49,4%) como la de las centrales (también cercanas al 100%). La huelga, que un día más transcurrió sin incidentes tanto en Metro como en la EMT, provocó aglomeraciones en andenes y cabinas, largas esperas en autobuses y metro e importantes retenciones en las carreteras de acceso a la capital a primera hora de la mañana. Las carreteras más afectadas por los embotellamientos fueron la A-6 y la M-50.