Vázquez anuncia su dimisión y pide unidad y cambio al BNG

Ya había tomado la decisión hace unos días. Ayer se puso en pie ante el Consello Nacional, reconoció que aceptaba la “importante pérdida de votos” de la formación (120.000 papeletas menos que la hicieron pasar de 12 a 7 diputados), un resultado electoral “que no me gusta” y la deriva del barco del BNG “que necesita una reparación”. Acto seguido anunció su renuncia al cargo de portavoz nacional “porque toca asumir responsabilidades” y dejar paso, tras el debate interno, “a una nueva persona”.

Tres años después de ponerse al frente de la organización —tras la dimisión de la ejecutiva en pleno del BNG por el fracaso electoral que dio el primer triunfo a Feijóo— Guillerme Vázquez, acosado por una nueva fuga de votos, reclamó “humildad”, “unidad” y “cambio de rumbo” a su organización. Se despidió —aunque la renuncia será efectiva cuando se celebre la asamblea extraordinaria, sin plazo aún— aferrado a una cita de Alexandre Bóveda con la que el representante del Partido Galleguista apeló a la resistencia: “Vencidos no, en pie”, lo parafraseó. “Pues eso, compañeros, en pie”, alentó Vázquez a los suyos a no claudicar ante esta nueva adversidad. Y puestos todos en pie, lo aclamaron con una larga ovación.

El portavoz nacional —cuya candidatura impulsaron en 2009 la UPG y la militancia independiente integrada en Alternativa pola Unidade, en la que él mismo se encontraba, para sustituir al derrotado Anxo Quintana— no abandonará sin embargo el maltrecho barco del BNG. Se quedará mientras lo reparan. Ayer asumió como propia la debacle lamentando “no haber sido capaz” —por “falta de habilidad personal, no por falta de trabajo ni de honestidad”— de contribuir a que un mayor número de gallegos hubiesen visto a esta organización “como la herramienta política útil para la defensa de sus propios intereses”.

El acto de contrición ante el Consello Nacional de su formación incluyó un llamamiento a la “reacción” de la organización frentista para “combatir la política letal del PP con mayor eficacia”. Guillerme Vázquez no mencionó ni de pasada a Beiras, pero con la herida aún abierta por el sorpasso de la coalición del excompañero supurando en el ambiente, Vázquez pidió a los miembros del Consello Nacional más “esfuerzo” para poder conseguir “mayor apoyo social para una alternativa nacionalista por el cambio de rumbo”. Junto a ello, advirtió de los “cantos de sirenas” que el BNG escuchará en esta odisea que iniciará en busca de su propia Ítaca.

“Soy consciente de que el BNG tendrá que atravesar un mar con temporal” y de que en esta travesía le echarán “paladas de sal y habrá que agarrarse fuerte al mástil”, acusó imprecisamente mientras hacía un llamamiento al esfuerzo por “aumentar la confianza social del nacionalismo y poder convertir la derrota en oportunidad”.

La reflexión que el Consello Nacional del BNG inició ayer con la dimisión anunciada de su líder nacional, no tendrá límite de tiempo. “Seremos nosotros quienes fijemos nuestros propios horizontes temporales y las fórmulas para realizar el debate”, explicó el todavía portavoz de la organización.