El PSOE andaluz y valenciano piden a Rubalcaba otro estilo de oposición
Las dos federaciones quieren “fortalecer” la ejecutiva con propuestas Andalucía aspira a asumir "un papel fundamental en los debates clave"
Lo dicen las encuestas y lo reconocen también algunos dirigentes socialistas a puerta cerrada: la oposición del PSOE, con Alfredo Pérez Rubalcaba a la cabeza, no despega. La dificultad para distanciarse de la gestión del anterior Gobierno, de José Luis Rodríguez Zapatero, del que él fue vicepresidente, y la falta de visibilidad de las alternativas socialistas a las impopulares medidas que aplica el Ejecutivo de Mariano Rajoy, comienzan a crear cierta desazón en todo el partido, que puede ir a más si los resultados electorales del domingo en Euskadi y Galicia no le favorecen. Los socialistas andaluces y valencianos pidieron ayer al unísono una oposición más contundente —aunque lo revistieron con palabras de apoyo a Rubalcaba—, reivindicando el peso de las dos federaciones en el PSOE y apelando a la “responsabilidad” de hacer aportaciones a la dirección federal.
“Tenemos que fortalecer desde las distintas federaciones las posiciones del PSOE”, dijo el secretario general del PSOE valenciano, Ximo Puig, tras entrevistarse en Sevilla con el número dos de los socialistas andaluces, Mario Jiménez. Este había afirmado el domingo pasado a EL PAÍS que echaba “de menos más profundidad, más ritmo y una respuesta más ágil del PSOE al momento que vive España”, una opinión que ayer el dirigente valenciano dijo compartir cuando fue preguntado por ello.
La visita de Puig, que el día anterior se entrevistó con el presidente de la Junta y del PSOE, José Antonio Griñán, tenía como objeto no solo establecer una alianza entre las dos federaciones socialistas —representan alrededor del 36% del conjunto de la militancia del partido—, sino también conocer de primera mano las políticas de la Junta en educación, sanidad y política fiscal para contrastarlas con las de la Generalitat valenciana, gobernada por el PP.
Ambos dirigentes eran muy conscientes de las susceptibilidades que podían provocar sus palabras. Tanto la actual dirección valenciana como la andaluza, que pilota Griñán, apoyaron en el congreso federal de Sevilla la candidatura de Carme Chacón a la secretaría general frente a la de Pérez Rubalcaba. Ambas federaciones han cerrado la página de ese agitado congreso: apoyan a Rubalcaba como secretario general, pero las cosas podrían cambiar cuando llegue el momento de abrir el melón de la elección del candidato socialista a la presidencia del Gobierno.
Tanto Jiménez como Puig negaron en la rueda de prensa que su decisión de aportar su propia visión al debate nacional sea una “enmienda a la totalidad” a la ejecutiva federal o un “elemento de confrontación”. Horas después, ambos insistieron en eso: “Yo no he pedido ningún cambio de rumbo ni esto es una crítica a Rubalcaba. Todo el partido debe hacer autocrítica porque está claro que hay aspectos en los que no estamos conectando con la sociedad”, afirmó Puig en conversación con este periódico, informa Vera Gutiérrez Calvo. Mario Jiménez añadió: “Lo que desde el PSOE andaluz queremos decir es que Andalucía debe tener y va a tener un papel fundamental en los debates clave que se están produciendo en España en este momento: el de la financiación, el del modelo de Estado... El líder de la oposición es Rubalcaba, pero Andalucía va a tener esa posición central y nadie nos va a impedir ejercerla”, explicó. Según dijo, eso no supone disputarle el papel a la ejecutiva federal.
Los dos dirigentes pusieron énfasis en que el partido debe estar muy unido esta semana, ante las elecciones del domingo. La dirección federal no quiso hacer comentarios porque, según fuentes del equipo de Rubalcaba, no interpretan que Puig y Jiménez estuvieran cuestionando ningún rumbo ni estrategia.
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