El fiscal pide 30 años de cárcel para seis ‘latin kings’ por intento de asesinato

Edison Ricardo A. P., alias King Spiro, abandonó a toda prisa la plaza Cipriano García de Terrassa. Se dio a la fuga en un Seat León oscuro junto a cinco de sus súbditos de los Latin Kings. Pasaban pocos minutos de la medianoche. Los miembros del comando acababan de apalear de forma salvaje y premeditada a un chaval de 17 años. Querían matarle. A él y a otro chico que le acompañaba, pero que pudo huir en un descuido. No lo lograron porque se percataron de que un vecino había presenciado la agresión y huyeron. El hombre, en efecto, avisó a la policía local, que detuvo al grupo en un polígono industrial.

Los hechos ocurrieron el 8 de marzo de 2011 y se juzgarán el próximo diciembre. La fiscalía pide para cada uno de los seis acusados 30 años de cárcel: 26 por dos delitos de asesinato en grado de tentativa y otros cuatro por pertenencia a grupo criminal. Según el escrito del acusación, al que ha tenido acceso este diario, los jóvenes —cinco ecuatorianos y un español— “han sido identificados de forma conjunta en reuniones y actos violentos” de los Latin Kings, una organización que define como “piramidal y violenta”. La banda se caracteriza, además, por “una estética habitual, consistente en ropas anchas y gorras”, según el fiscal.

Junto a King Spiro, que ocupaba la posición de “inca o primera corona”, o sea jefe de la banda, acudieron a la cita de Terrassa Diego Rafael A. R. —alias Killer y segundo en el escalafón—; tres miembros de los Latin Kings de la zona y un aspirante a ingresar en la banda que hizo las veces de chófer. Todos ellos actuaron “de común acuerdo” para dirigirse al Vallès y “acabar con la vida” de dos menores a raíz de una disputa entre bandas, según fuentes judiciales. Las víctimas se vieron rodeadas, sin posibilidad de defenderse. Los agresores habían cubierto sus rostros con gorras y bufandas. Uno de los menores, C., fue golpeado en la cabeza con un palo. Su amigo aprovechó para escapar. Fue perseguido, pero los agresores no le dieron alcance y se centraron en C. Según el relato del fiscal, le golpearon con barras metálicas y bates de beisbol y le asestaron diversas puñaladas con cuchillos y botellas rotas.

Ninguna de las puñaladas resultó mortal. C. sufrió heridas incisias en distintas partes del cuerpo —el pecho, la espalda y las piernas— y estuvo cuatro días ingresado en el hospital. Además de las armas que cita el fiscal, en el momento de la detención la policía local encontró en el coche unas tijeras, un punzón y una bolsa con tres gramos de marihuana.

Desde entonces, los seis acusados permanecen en prisión provisional a la espera de juicio. Todos ellos se sentarán en el banquillo de los acusados en diciembre. La fiscalía pide que indemnicen a C. con casi 15.000 euros por las lesiones y las secuelas que sufrió por la brutal agresión.