Rivas: camino despejado

Lacónico y preñado de monosílabos, el inspector que dirigió la investigación del caso Mercasevilla, sembró ayer de dudas los axiomas establecidos por la juez Alaya en su instrucción y logró que se tambalearan.

Las dudas del policía beneficiaron de manera clara a los dos principales acusados, los exdirectivos Fernando Mellet y Daniel Ponce, ya que al deslizar la idea de un acuerdo con los empresarios, la ilegalidad del intento de soborno podría desaparecer con una laxa interpretación del pago de dinero. Pero sobre todo benefició al exdelegado de Empleo Antonio Rivas. El inspector matizó que durante la declaración judicial creyó que Mellet dijo la verdad por su comparecencia “espontánea”, salvo cuando acusó a Rivas de idear el intento de soborno, ya que no aportó un solo dato que lo corroborara. “Realmente estoy convencido de que dice la verdad, pero cuando da un nombre no da datos (…) No había un solo dato objetivo que inculpara a Rivas”, explicó.

En su extensa declaración, el policía también defendió que no consideraba que Ponce tuviera la condición de funcionario y que el exdirectivo no pudo haber logrado por sí mismo que la Raza obtuviera la subvención de 900.000 euros por parte de la Junta, una decisión que estaba lejos de su alcance.