La maquinista de Canal 9
"Las vías de la ley de RTVV están pensadas para transportar más mentiras con más impunidad"
La nueva Radio Televisión Valenciana diseñada por el PP ya tiene maquinista. Un coro de momias imputadas proclaman por las esquinas que este tren es nuevo. Que nada tiene que ver con lo sucedido ayer. Aseguran que se inicia un nuevo tiempo, protagonizado por nuevas personas y mejores intenciones. Pero como todos sabemos ningún tren elige su destino. Las locomotoras arrastran la carga ciñéndose a la ruta marcada por las vías sobre las que transita, y las vías de la RTVV son la ley de extrema derecha aprobada en solitario por el PP valenciano de Fabra. Las vías de la ley de RTVV están pensadas para transportar más mentiras con más impunidad, más tramas de financiación con menos controles y sobre todo más manipulación, al aligerar la carga de democracia y pluralismo a la que obligaba el anterior texto legal, siempre incumplido y finalmente derogado.
Basta una simple lectura de la nueva norma, otear el horizonte en el que se pierden las metálicas paralelas diseñadas por el PP, para no tener dudas de la nauseabunda naturaleza de la carga; de la inevitable ubicación del final de la vía. El destino de este cargamento es usted ciudadano; su casa; su televisor; su conciencia.
En la última ocasión en que, tras ocho meses de fuga, el actual maquinista de Canal 9, José Jaraba se dignó a acudir a la comisión parlamentaria de control, cité algunas reflexiones de la filosofa alemana Hannah Arendt sobre “la banalidad del mal”, a cuenta de otro “maquinista”, Adolf Eichmann.
La dirección general de la RTVV es un cargo pensado con la única intención de coordinar la destrucción del espacio público de información
Salvando todas las distancias, que sin duda existen entre un caso y otro, intenté aquel día, infructuosamente, hacer entender a Jaraba que la sumisión ciega a las directrices recibidas, o la búsqueda estricta de la supuesta eficiencia no podía eximirle de la enorme carga de maldad que se escondía tras cada una de las decisiones que había adoptado.
La frase: “Yo solo hago mi trabajo” y su popular variante “esa no es mi competencia” no atenúa la responsabilidad moral cuando se te pregunta por mujeres que han sufrido abusos sexuales, por la ocultación de información a la ciudadanía o por haber impedido por acción u omisión la persecución de delitos de corrupción. Jaraba jamás pudo, ni podrá, alegar ignorancia sobre el objetivo cierto de sus acciones ni sobre la bajeza moral de éstas.
No conozco a la señora Vidal. Descártese así ningún prejuicio personal o político en la opinión que me dispongo a emitir. Y mi opinión es que, absolutamente nadie, que esté dispuesto o dispuesta a aceptar el puesto de director general de la RTVV surgido de la totalitaria y antidemocrática ley aprobada por el PP de Alberto Fabra, podrá aducir en el futuro ignorancia, engaño o buena fe. Es un cargo pensado y construido con la única intención de coordinar y legitimar la destrucción del espacio público de información. La aceptación de ese nombramiento supone colaborar en el propósito de revestir de normalidad lo que no es más que una aberrante anormalidad en una democracia moderna. Aceptar ese cargo supone la aceptación de los objetivos y premisas para el que ha sido creado, y sitúa al o a la aceptante exactamente a la misma altura que la ley que lo sustenta. Así pues, que nadie espere ser tratado como el simple operario, el ferroviario o el sencillo maquinista que no es. Porque para subir a esa maquina, has de pasar frente al enorme cartel que anuncia su destino. Y no hay duda, ninguna duda, del cargamento que transporta.
Josep Moreno es diputado del PSPV-PSOE en las Cortes Valencianas.
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