Vicálvaro se moviliza para buscar al menor desaparecido hace 10 días
Los vecinos organizan batidas y la policía recoge muestras de ADN del niño
“Llámeme Martín Quiroz”, dice el hombretón tocado con una gorra de béisbol que se ha erigido en portavoz de la concentración de vecinos de Vicálvaro. Una concentración que clama por la desaparición desde el pasado 24 de septiembre de Gabriel, un niño rumano de 12 años. Es presidente de la Asociación Cultural Coordinadora de Inmigrantes (AC-COIN), y el maestro de ceremonias de la protesta, que concentró a 300 personas. Después de casi dos horas de asamblea se decide, tras votar a mano alzada, manifestarse mañana a las seis de la tarde ante la sede municipal en el barrio. “No vamos contra nadie, pero no se está buscando al crío”, brama Quiroz desde su improvisado estrado en medio de la plaza de la Vicalvarada. Una mujer vestida de negro y falda hasta los tobillos asiente: “No se ve ahora a la policía, cualquier día puede pasarle algo a nuestros niños, que los metan en un coche y...”.
Convocada una concentración para mañana ante la sede municipal
Mientras, Mirabela, la madre del niño desaparecido, de 28 años, sufría un mareo y debía ser atendida fuera de su pequeña casa, en un bajo junto al parque donde desapareció Gabriel. Sus otros dos hijos, un niño de 6 años y una niña de 10, quedaron al cuidado de otros familiares. El padre, Gigi, que estuvo presente en la concentración, pero abrumado por la cantidad de medios de comunicación y de personas que lo reclamaban, organizaba con el comité de vecinos una batida de búsqueda que está previsto que se inicie hoy a las nueve de la mañana en el colegio de monjas al que asistía el menor. Ambos, el padre y la madre, ya habían declarado ante la policía en aplicación del protocolo de menores desaparecidos. La madre aseguró que su interrogatorio se prolongó durante varias horas. El del padre, en cambio, fue de tan solo una hora.
La policía recogió muestras de ADN del niño “en un ejercicio de rutina para comparar los datos con los del banco de personas desaparecidas”, según un portavoz. Aunque la madre interpretó este hecho como la evidencia de que ya habían hallado el cuerpo de su hijo, algo que desmiente categóricamente el Cuerpo Nacional de Policía, que prosigue la búsqueda, intensificada, “pero sin novedades”. Sobre la incidencia de la pelea que el menor mantuvo poco antes de su desaparición con otros niños y que acabó como una riña de adultos multitudinaria, nadie ha vuelto a hacer mención. Ni los agentes, ni los familiares.
Cuando los líderes vecinales se lamentaban de la parálisis de las autoridades, la concejal de distrito de Vicálvaro, Carmen Torralba González, se acercó al parque a hablar con ellos. Torralba atendió a las demandas de la familia y los vecinos e intercambió, literalmente rodeada, buenas palabras con ellos durante unos cinco minutos.
La madre declaró durante varias horas ante los agentes
El niño perdido se llama Gabriel Vidrascu, tiene 12 años, es de nacionalidad rumana y lleva cinco años viviendo en España. Es “rubio, de ojos azules y 1,50 de estatura, y tiene una mancha de nacimiento en el cuello y una cicatriz vertical en la nariz, fruto de una caída”, según la descripción de su familia. El menor solía ir a jugar al parque que está a menos de 50 metros del domicilio de sus padres. Según la descripción de estos, Gabriel era un niño reservado y responsable que no se demoraba más de dos horas antes de regresar a su casa.
Los familiares —su padre, Gigi, es un antiguo trabajador de Barajas en paro de 35 años y ella, Mirabela, ama de casa de 28— cuentan que el niño, como solía hacer todos los días, salió a jugar al parque la tarde de su desaparición.
En principio, y con los datos que obran ahora en el atestado, la policía no ve indicios criminales en la desaparición del menor, sobre todo después de haber tomado declaración a los familiares más directos y amigos del pequeño, según explicaron a este diario fuentes policiales. Un hecho que refuerza esta tesis es que nadie se ha puesto en contacto con la familia para pedir algún rescate. Los investigadores creen que el pequeño pudo sufrir algún percance, según informa Francisco Javier Barroso. También se tomaron muestras de ADN para compararlas con las almacenadas en el banco de personas desaparecidas, “pero eso no implica que se haya encontrado nada, la búsqueda continúa”.
Los encargados ahora del caso son los especialistas del Grupo VI de Homicidios de la Jefatura Superior de Madrid, que han relevado a los agentes de la Policía Judicial de la comisaría de San Blas.
Los concentrados en el barrio, muchos de ellos tocados con sombrero de ala y llamativos bastones, no compartían la tesis del accidente del niño como la más probable. “Eso es alguien que se lo ha llevado fuera de aquí en un coche y lo tiene por ahí”, comentaba airada una mujer, que reclamaba hacer las reuniones más tarde, alrededor de las seis, para que “todas las madres de Vicálvaro podamos asistir y decir a la policía que estamos muy preocupadas por nuestros hijos y por lo que le pueda pasar a Gabriel”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.