El general Prim podría haber muerto en el acto de hemorragia
Las primeras pruebas practicadas a los restos del militar han ratificado que los trabucazos no le afectaron órgano vital alguno
El general Prim sufrió un atentado el 27 de diciembre de 1870 en Madrid. Recibió seis trabucazos. Al parecer, ninguno tocó zona vital. Se dijo entonces que murió tres días después, y así quedó como versión oficial. Pero podría haber fallecido en el acto por una fuerte hemorragia. Esta es la gran hipótesis con la que trabaja un equipo de forenses, científicos e historiadores de la Universidad Camilo José Cela de Madrid y la Universidad Rovira i Virgili. Los expertos practicaron durante el viernes y ayer un estudio forense al cadáver en el hospital de Sant Joan de Reus (Baix Camp). El misterio continuará porque los resultados definitivos no se conocerán hasta dentro de tres meses.
Las primeras pruebas practicadas a los restos del general Joan Prim i Prats (Reus, 1814) han ratificado que los trabucazos no le afectaron órgano vital alguno. Aun así, los forenses han localizado un orificio que podría haberle producido una fuerte hemorragia y causado la muerte. Eso permite pensar que el general falleció en el acto en la emboscada que sufrió al pasar con su berlina por la calle del Turco, aledaña al Congreso.
De confirmarse esa muerte instantánea, la historia deberá reescribirse... y el caso, seguir investigándose: el Gobierno del general Serrano mintió al retrasar la muerte de Prim, lo que se añade al hecho de que nunca quedó esclarecido el complot ni quiénes fueron sus instigadores.
Unos 200 estudiantes de las dos universidades implicadas siguieron el proceso desde el auditorio del hospital mediante una cámara 3D. Maite Toneu, portavoz del Centro de Restauración de Bienes Muebles de la Generalitat, explicó la parte más compleja de la operación: extraer el cuerpo embalsamado de Prim de dos ataúdes de madera y plomo. Este último material es muy tóxico, lo que obligó a aspirar las partículas. Después, practicaron radiografías al cadáver y lo desnudaron. “Lo limpiamos porque estaba lleno de polvo, pero su vestido podrá ser exhibido”. El estudio se completó con un TAC, una exploración radiológica y una endoscopia. El cadáver momificado fue analizado por forenses en un quirófano.
En el ataúd se encontraron tres frascos de vidrio: dos, escondidos en las axilas de Prim, y el otro, en la entrepierna. Los frascos están tapados y contienen un líquido y órganos. “Podría ser un rito masónico o que el embalsamador conservó parte de los órganos, aún no lo sabemos”, explicó Delfín Villalaín, especialista en medicina clínica. Los despojos del general Prim serán trasladados al tanatorio de Reus. El cadáver momificado será expuesto dentro de dos años, cuando se cumple el bicentenario de su nacimiento. El estudio anatómico-forense tiene un presupuesto de 70.000 euros y está financiado por la Universidad Camilo José Cela y la Diputación de Tarragona.
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