El alcalde de Ourense se declara víctima de un linchamiento
Seguidores de Francisco Rodríguez intentan agredir a ediles de la oposición
Llevaba un discurso basado en la humildad, en la proximidad emocional, en la sinceridad, en su entrega a la ciudadanía y, sobre todo, en su inocencia. Estaba entreverado de citas de Cervantes, Valente y Machado. Un discurso de renuncia a la alcaldía —y al acta de concejal— de hombre bueno, de político honesto sometido a un linchamiento “político y mediático”, reiteró, a un montón de “falsedades, calumnias, infamias y maledicencias” que difundió, excepcionalmente en esta ocasión, a través de la instalación de una megafonía que inundaba la Praza Maior en la que se congregaban sus seguidores: unas 300 personas (militantes de base, amigos, familiares y vecinos de Palmés, el pueblo natal de Rodríguez, que clamaban “se nota, se siente. Paco es inocente”. Parte de estos acabaron escupiendo, insultando e intentando agredir a los ediles de la formación independiente Democracia Ourensana, Gonzalo Pérez Jácome y Susana Gómez Valencia. Ambos tuvieron que ser protegidos por cuatro agentes de la policía local que los custodiaron hasta el centro de la ciudad.
Francisco Rodríguez, el ya exalcalde socialista de Ourense —en libertad bajo fianza, imputado por cohecho y prevaricación en la trama de corrupción de la Operación Pokémon— mostró en su último acto al frente de la corporación local el mismo perfil de regidor sencillo —“uno más del pueblo”, se autodefinió— que lo ha caracterizado a lo largo de sus cinco años al frente de la corporación local.
Comenzó su discurso destacando la “inmensa dimensión humana” del concejal del BNG Fernando Varela —también en libertad bajo fianza, imputado por cohecho y tráfico de influencias en la misma causa que instruye la juez de Lugo Pilar de Lara— que, por enfermedad, no pudo asistir a la sesión plenaria en la que renunció igualmente a su acta de concejal. La exteniente de alcalde con Rodríguez, Isabel Pérez, confirmó a los periodistas al término de la sesión plenaria su decisión de abandonar igualmente la corporación local.
Rodríguez presidió, con sus exsocios del BNG ocupando ya los bancos de la oposición, el último pleno de su mandato que se inició a mediodía en el consistorio ourensano. Una hora antes, el todavía alcalde convocó a los concejales de su grupo. Pero los seis ediles de su entorno impidieron el acceso a esa reunión de los cuatro concejales fieles al secretario general, Pachi Vázquez, según aseguraron los pachistas a este diario. Una evidencia más de la crispación que atraviesan los socialistas de Ourense en vísperas de las elecciones autonómicas en las que Vázquez aspira a la presidencia de la Xunta.
El portavoz del Partido Popular —el baltarista Rosendo Fernández— intervino para desearle “lo mejor” en lo personal al alcalde imputado mientras le advertía de “la veracidad” del dicho de que “hay vida más allá de la política” al tiempo que destacó que el PP siempre respetó su presunción de inocencia “y de la decisión que usted tenía que tomar”. “Lo único que lamentamos es el daño irreparable que se ha causado estos días a la ciudad”, amonestó el portavoz popular. Y le reconvino: “Amigo Paco, ha estado mal asesorado en el cómo y el cuándo”. Fernández mostró la disposición de los populares “para devolver la normalidad a esta casa”.
Pero fue la “políticamente incorrecta” intervención del portavoz del Democracia Ourensana, Pérez Jácome, la que desató las iras de los congregados en la Praza Maior que abuchearon desde la calle sus palabras. Aunque precisó que no quería “hacer leña del árbol caído” y que su grupo no lo juzgaría “antes de que se dicte una sentencia”, Jácome apeló al interés general y tildó de “asqueroso” el “gran sueldo” que se impuso el regidor “después de haber anunciado que cobraría lo mismo que de profesor”, y le echó en cara algunas de sus decisiones institucionales, que este mismo grupo ha denunciado ante la fiscalía, al tiempo que anunció que presentarían más. “Usted entró mintiendo. Entró por la puerta de atrás y se va por la puerta de atrás”. “Como persona le deseo lo mejor pero como alcalde, peor, imposible”, destacó. El abucheo de los congregados en el exterior, fieles al alcalde saliente, era ya un clamor. Entre los fieles al regidor saliente estaba la exministra Elena Espinosa.
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