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PACO MOLINA Y CONRADO HERNÁNDEZ | Secretarios generales de CC OO-PV y UGT-PV

“Ahora hay un auténtico desprecio al diálogo social”

Los dirigentes de UGT-PV y CC OO-PV, Conrado Hernández y Paco Molina analizan la situación de la Comunidad Valenciana en la crisis y los recortes

Ignacio Zafra
El secretario general de CC OO-PV, Paco Molina, y el de UGT.PV, Conrado Hernández, durante la entrevista.
El secretario general de CC OO-PV, Paco Molina, y el de UGT.PV, Conrado Hernández, durante la entrevista. JORDI VICENT

En una entrevista, realizada en territorio neutral, los secretarios generales de CC OO-PV, Paco Molina, y UGT-PV, Conrado Hernández, abordan la situación que vive la Comunidad Valenciana con los efectos de la crisis y las medidas de ajuste que ha impulsado el PP, tanto desde la Moncloa como desde el Palau de la Generalitat. El ambiente está caldeado por la amenaza de una huelga general tras el éxito de la gran manifestación celebrada ayer en Madrid, en la que las centrales exigieron al Gobierno de Mariano Rajoy que dé marcha atrás en la línea de recortes y realice un profundo cambio en las reglas del juego laborales.

Ambos dirigentes son conscientes de la escasa receptividad que tienen sus quejas y propuestas en el Gobierno central y en el autonómico: “Ahora hay un auténtico desprecio al diálogo social”, deploran, en un momento de emergencia en que consideran que partidos políticos, sindicatos y Gobierno deben ponerse de acuerdo en hacia dónde hay que ir.

“Aquí también haría falta un gran acuerdo”, sostienen ambos secretarios generales, pero consideran que “no es de extrañar que no se logre”, porque desde que Alberto Fabra es presidente, y pese a la intensificación de los efectos de la crisis, solo los ha recibido una vez. “Tampoco conocemos al vicepresidente \[José Ciscar\]. Cuando era conseller \[de Educación\] aún nos recibía”, relatan. Hernández y Molina reprochan la falta de estrategia industrial del Consell, los perniciosos efectos que el boom del ladrillo ha tenido sobre las potencialidades, incluso hacen autocritica por la crisis que atraviesan de los sindicatos.

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Pregunta. El paro ha alcanzado el 27,1%, 675.000 valencianos en paro. ¿Cómo ven la situación?

Paco Molina. El escenario se describe a sí mismo. Es caótico. Con escasa o nula voluntad de actuaciones consensuadas. Sólo hay unas políticas que se han demostrado, como veníamos diciendo las organizaciones sindicales, absolutamente inútiles e ineficaces.

Conrado Hernández. La situación peor no podía preverse, y nos molesta decir que teníamos razón. Si no se impulsa la economía productiva y solo se hacen ajustes y subidas de impuestos, al final cae la recaudación. Es también un escenario que el Gobierno del Partido Popular está aprovechando la crisis para ajustar el país a su modelo.

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P. Gobierne quien gobierne el objetivo es reducir el déficit. ¿Realmente hay alternativas?

P. M. Rotundamente, sí. En mayo de 2009 propusimos la necesidad de un consenso económico, social e institucional. No se atendió y hoy las circunstancias han empeorado. Es cierto que la última etapa de Zapatero, con menor intensidad, apunta sobre un mismo modelo ideológico. Pero el problema no es solo de déficit público, sino de caída de ingresos. La OCDE, en su último informe, advierte de que durante la recesión la presión fiscal de este país ha disminuido 5,7 puntos. Ha disminuido porque las grandes compañías, las sociedades de inversión de capital variable (Sicav) y las grandes fortunas después de exoneraciones, exenciones y bonificaciones están tributando muy por debajo de las rentas salariales.

C. H. Sin discutir la reducción del déficit, creemos que los plazos son muy cortos. Y también que podemos salir creciendo y no recortando. Con el crecimiento se mejora el empleo, se pagan más impuestos, se recauda más... El Gobierno de Zapatero es cierto que hizo recortes, pero acordamos medidas como las relativas a las pensiones. Ahora hay un auténtico desprecio al diálogo social. Partidos políticos, sindicatos y Gobierno debemos ponernos de acuerdo en hacia dónde ir. Y no es verdad que la culpa la tenga Europa, somos parte de Europa.

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P.No hace tanto aún se hablaba de cambio de modelo. Ahora toda la actividad de las Administraciones parece dirigida a tapar agujeros.

P. M. El nuestro era un modelo agotado. Lo doloroso es que no se intuyen ni medios ni posibilidades para hacer una apuesta importante que suponga un punto de inflexión. Al contrario: se cierran los grifos de la investigación, de la ciencia, la educación. Y no hay una estrategia industrial, que es el sector que ha posibilitado a generaciones pasadas crecer, prosperar y modernizar el país.

C. H. La tasa de paro en Euskadi y Navarra no tiene nada que ver con la de aquí. La diferencia sustancial es el peso de la industria. Para eso hay que invertir en I+D. No podemos quedarnos solo en criticar la mala gestión, que la ha habido. Es una vergüenza que seamos portada en muchos sitios por los fastos, el aeropuerto sin aviones... Yo vivo en Castellón y me molesta que solo se le conozca por eso. Porque no es verdad. Somos un territorio con mucha exportación, muy innovador, con gente muy emprendedora. Aquí también haría falta un gran acuerdo. Pero no es de extrañar que no se logre, porque desde que \[Alberto\] Fabra es presidente a los secretarios generales solo nos ha recibido una vez, y tampoco conocemos al vicepresidente \[José Ciscar\]. Cuando era conseller \[de Educación\] aún nos recibía.

El lugar perfecto para la burbuja. O cómo hemos llegado hasta aquí.

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P. ¿Era inevitable, dadas las condiciones, el exceso inmobiliario en la costa valenciana?

P. M. No tenemos que resignarnos a que nuestra situación geográfica nos aboque a ese resultado. Con otra política, basada en el conocimiento, la investigación, las infraestructuras y consolidando el tejido productivo real que teníamos, hubiéramos tenido una base. Por supuesto que el sector servicios, el turismo, el sector terciario y el terciario avanzado es una necesidad de cualquier sociedad moderna.

El drama es que se ganaba cinco veces más en el sector inmobiliario. Sobre los papeles el piso tenía un precio. Cuando te entregaban las llaves se había multiplicado por tres. Y cuando lo revendías te daban cinco. La cultura generada en el País Valenciano es la que ha arrasado la mayoría de las potencialidades por las cuales nuestro territorio se ha modernizado, ha crecido y se ha cohesionado. Ha arrasado el campo, aparte del desastre ambiental que ha supuesto. Y ha arrasado nuestra cultura de empresarios. El resultado es que no hay economía real, existe una pérdida de cohesión y un aumento de la marginalidad considerable.

C. H. [El expresidente de la Generalitat Eduardo] Zaplana empezó con un modelo, que era construcción y turismo. La construcción sobre todo residencial, que es el gran problema que tenemos. Y cambió la legislación en las cajas de ahorro para aumentar el control político. La época de \[Francisco\] Camps ha sido la más difícil en el sentido de que vendía un mundo virtual que no era el real, con una gestión económica muy criticable y aliñado con casos de corrupción, lo que ha generado una imagen de la comunidad que no es real.

Porque tenemos sectores muy potentes. El agroalimentario, el automóvil, el metalmecánico, empresas de sectores tradicionales que innovan y lo hacen bien, sector textil, el cerámico… Eso hay que impulsarlo. Y pienso en el nuevo impuesto al gas que emplea el sector cerámico, que no parece la mejor opción.

Si a lo anterior le añadimos un nuevo Consell donde el presidente \[Fabra\] entra y se encuentra sin capacidad para hacer frente a las deudas, se produce un puzle difícil de digerir.

P. ¿Qué influencia ha tenido el sistema de financiación en el virtual estado de quiebra?

P. M.: Nosotros le damos muchísima importancia. Los estudios indican que somos la segunda comunidad autónoma peor financiada. Es una torpeza que el presidente Fabra no sea capaz de liderar un consenso político, institucional, económico y social que cambie esa situación.

P. Pero donde tienen que hacerte caso es en Madrid.

P. M. Para que te hagan caso en Madrid es necesario primero generar consensos aquí.

C. H. Lo que no puede ser es que las propuestas tengan finalidad electoral. Si gobernaba Aznar estábamos bien financiados. Cuando gobierna Zapatero estamos mal financiados. Ahora… Si queremos salir de la crisis no se puede trabajar a corto plazo con propuestas electoralistas. Esto es mucho más grave. Estamos jugándonos el futuro de varias generaciones de nuestro país.

La crisis en los sindicatos

P. ¿Cómo afrontan la recesión sus organizaciones?

P. M. Con las mismas dificultades e incertidumbres que el conjunto de la sociedad. No tenemos por qué estar excluidos del sufrimiento.

C. H. Vivimos la crisis ajustando gastos a los ingresos. Pero hay que decir que a pesar de la crisis en UGT y Comisiones no hemos bajado en afiliación y cuotas. Lo que ocurre es que con la crisis parte de los afiliados han pasado de la condición de activos a condición de parados, con lo cual pagan una cuota menor.

P. Ha habido cierta polémica con la cantidad y naturaleza de lo que les adeuda la Generalitat.

P. M. Nos debe los fondos de formación, que no son subvenciones. Son recursos que aportan empresas y de trabajadores, que no los pone el Gobierno valenciano, sino que los recibe vía Madrid y debería responder en qué se los gasta. El dato es que entre UGT y CC OO no alcanzamos el 10% de los fondos de formación que llegan a la Comunidad. La deuda tiene dos dígitos, en millones, a los dos. Hay que preguntar por qué en la mayor crisis el Servef cierra el ejercicio 2011 con más de cuatro millones de superávit. ¿Es que no hay políticas que ejecutar, con cerca de 700.000 mil desempleados? ¿Por qué hay un superávit contable de 4,6 millones de euros? Porque no se ha ejecutado ninguna política.

C. H. Con la formación pasa lo mismo que con la prestación por desempleo. Dicen que van a hacer que los parados trabajen en el monte. Pero la prestación por desempleo es un derecho, que se ha pagado cada mes con la nómina, para que si pierdes el trabajo tengas un margen. Es tuyo. Pero trasladan la imagen de que los mangutas de los desempleados no quieren trabajar.

P. M. Hay agentes forestales a los que han dejado en la calle. Y ahora los van a llamar para trabajar como parados.

P. El malestar social se dirige hacia todo aquel de quien se percibe que tiene una parcela de poder. La confianza de la población en los sindicatos está en el 27%.

P. M. La indignación de la gente está justificada porque se corresponde con causas objetivas. Entiendo que alguna responsabilidad tendremos nosotros, que no lo habremos hecho del todo bien. Pero eso no tiene que enmascarar la estrategia ideológica clarísima de hacer desaparecer si es posible el último bastión de defensa de intereses colectivos que representamos.

C. H. Sí te preocupa que los sindicatos estemos bajos de valoración. Y con la campaña que nos están haciendo, no estar los últimos ya es algo. Lo que me preocupa como ciudadano es que estamos viviendo una crisis muy fuerte. La gente quiere soluciones que no hay a corto plazo. Yo me pongo en la piel de alguien que ha perdido el empleo, que no tiene ingresos, que sus hijos tienen que comer, que no puede pagar la letra de piso, que le cortan la luz… Eso es muy, muy complicado.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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