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A saber. Amortizado ya el alarde multidisciplinar de los Juegos Olímpicos, la rutina de la Liga nos devolvió definitivamente al deporte único para comenzar la semana con una preocupación esencial: ¿qué le pasa a Cristiano Ronaldo? El astro se declaró mohíno el domingo tras el partido del Bernabéu y desató en las redes una de esas respuestas corales (y jocosas) que tan bien contrarrestan los desatinos de las figuras públicas. Twitter abrió el concurso de ingenio y, en cuestión de horas, el asunto rebasó en interés a cualquiera de las preocupaciones del lunes, incluido el sablazo del IVA y las restricciones en la atención sanitaria que entraban en vigor con la llegada de septiembre. Quizá por aquello de atar cabos, hubo quien sugirió que lo que realmente afligía a la estrella del Real Madrid era el abusivo incremento del impuesto sobre la gomina.

Aguirre al natural. Otro de los hitos indiscutibles de estos días en la Red fue la difusión el lunes en Youtube de la enésima prueba audiovisual de que la presidenta de la Comunidad es, también sin las pompas del cargo, un filón de honestidad brutal. Una grabación de su visita no anunciada a los pueblos de la sierra afectados por el fuego reveló el trato poco delicado que Aguirre dispensa a la televisión pública madrileña y a su propio equipo de comunicación cuando está contrariada. No esperaba encontrarse allí con los medios y se notó. Seguramente tampoco esperaba que su mofa del diseño de la casa consistorial de Valdemaqueda y del gremio de los arquitectos fuera a ver la luz (en este caso a través del programa de televisión El Intermedio). Lo que sí hizo a raíz de este episodio fue recuperar las ganas de tuitear (casi imperceptibles durante el verano) para pedir disculpas a los profesionales de la arquitectura, un acto de contrición de los que casi no se le recordaban que había acompañado poco antes con el apoyo explícito a la concejal socialista de Los Yébenes atrapada en una espiral de abyección y escarnio público por la difusión de un vídeo íntimo.

A jugar. El martes se destapó el otro gran foco de atención de la semana en Madrid. Tomás Gómez, el líder de los socialistas madrileños, anunciaba en público (no en las redes, que no las usa tanto como su adversaria) que lo de Eurovegas estaba hecho y que se instalaría en Alcorcón. Un anuncio apoyado en “buenas fuentes” que le robó la iniciativa al Gobierno regional y que se fue consolidando los días posteriores aupando de nuevo el asunto del megacasino a la zona caliente de las redes. Ahora que en Cataluña ya tienen recambio, solo nos quedaba oír a Mister Adelson.