La falta de financiación bloquea el crédito europeo para el hospital vigués
Sanidade se compromete a aclarar la situación en “unos días o semanas”
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) aprobó el 10 de mayo de 2011 un crédito de hasta 180 millones de euros para la construcción del nuevo hospital de Vigo que aún sigue en fase de negociaciones y supeditado, para hacerse efectivo, a que la UTE concesionaria de la obra consiga en el mercado los préstamos necesarios para la financiación completa de la misma. La Consellería de Sanidade se comprometía ayer a aclarar “en unos días o semanas” las incertidumbres que se ciernen sobre la obra por la suma de diversos indicios, todos alarmantes, a los que la Xunta ha respondido con vaguedades que en nada han contribuido a disipar la confusión sobre la marcha del mayor proyecto acometido por el PP en toda la legislatura.
El problema de la financiación ha sido constante desde que se adjudicó la obra a la UTE que lidera Acciona. “Es difícil que tenga financiación en un momento en que grandes obras públicas están con dificultades y cuando se rescatan concesiones, pero tiene financiación del BEI y de un pool de bancos”, aseguraba el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, en una entrevista la pasada semana en Faro de Vigo. De ser así, ni siquiera habría lugar a plantear el problema.
Pero el BEI aún negocia con la concesionaria el crédito aprobado —su cuantía definitiva y condiciones— a petición de la Xunta. El crédito corresponde a la modalidad denominada project finance, que requiere, para hacerse efectivo, plenas garantías de que la concesionaria cuenta con otras aportaciones para la financiación de toda la obra. En octubre del año pasado, con la obra ya iniciada,fuentes de la concesionaria reconocíana EL PAÍS “problemas” para obtener en el mercado los recursos que precisaba, aunque al “aval” del BEI le daba motivos de optimismo. Desde entonces esos problemas se han agigantado por la propia evolución de la economía española, hasta llegar al pasado 4 de julio, en que los representantes legales de la concesionaria afirmaban en un escrito presentado ante un juzgado de Santiago que “a día de la fecha, transcurrido más de un año desde la adjudicación del contrato, el acceso a la financiación bancaria se ha visto cerrado”.
La obra está a su vez prácticamente estancada desde finales de julio, lo que no es coherente con la tónica común del sector de la construcción, que aprovecha el verano para acelerar las obras, ni siquiera con el propio interés de la concesionaria de acabar cuanto antes el hospital para comenzar así a percibir los retornos de su inversión (68 millones anuales que pagará el Sergas durante 20 años, a partir de 2014). “Le aseguro que las máquinas siguen funcionando. ¿En agosto se aprovecha para dar vacaciones?, pues sí”, zanjó Feijóo el asunto en la citada entrevista, soslayando que a los trabajadores emplazados a coger vacaciones no se les señaló fecha de vuelta.
La obra está presupuestada en 375 millones, de los que la concesionaria está obligada a financiar el 20% (75 millones), que correspondería básicamente a la parte ejecutada de la construcción. Hasta ahora, como única respuesta a las incidencias “raras” que ha desvelado la ejecución del proyecto, Sanidade se ha limitado a responder que la obra estaba en plazo y que lo demás era a riesgo y ventura de la concesionaria.
Pero en la obra ejecutada se ha constatado, por la huella digital, la edificación de 70.000 metros cuadrados menos de los señalados en el proyecto básico, y el proyecto ejecutivo, que aún no es definitivo —no se sabe si el macrolaboratorio previsto se alojará finalmente en el nuevo hospital—, incluye en la cimentación unos sobrecostes de ocho millones de euros. ¿Qué incidencia están teniendo estos factores en el presupuesto último de la obra y en la negociación de la financiación? Fuentes de Sanidade aplazaron la aclaración de todos los aspectos de la obra “en unos días o semanas”. Se espera con impaciencia.
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