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El arte del erotismo frustrado

Le Crazy Horse, el mítico cabaret parisino, visitará Bilbao en la gira mundial de su 60 aniversario Sus bailarinas aún bailan desnudas sin más vestuario que los efectos de luz

Una muestra del elenco de bailarinas que actúan en Le Crazy Horse
Una muestra del elenco de bailarinas que actúan en Le Crazy Horse

Andrée Deissenberg dejó una fructífera trayectoria de 12 años al frente de la Comunicación del Cirque du Soleil para coger las riendas de Le Crazy Horse cuando a los hijos de su fundador, Alain Bernardin, les quedó grande. Aquello fue en 2006, y desde entonces, bajo su batuta, el cabaret más emblemático de Paris se ha sumido en un proceso de renovación que ha preservado la herencia artística de sus orígenes y las señas de identidad que lo han caracterizado durante más de 60 años. Entre ellas, que las bailarinas no llevan más vestuario que la iluminación y algunos accesorios hechos a medida. Y es que, como dijo su fundador, eterno enamorado del género femenino, y recordó ayer su directora, "no hay nada más erótico que la frustración".

Todavía faltan unos meses, pero Deissenberg llegó ayer a Bilbao para ir poniendo los dientes largos al personal escoltada por dos de las bailarinas de Forever Crazy; Loa Vahina, una de las más veteranas, y Gloria di Parma, recién reclutada como “chica crazy”, flanquearon a Deissenberg con semblantes inexpresivos de maniquí. “El espectáculo celebra la feminidad”, explicó la directora, “pero de forma sensual, sofisticada, y respetando su legado artístico, de una manera creativa y única".

Para entrar en el elenco se exige una medida de 21 centímetros entre pezón y pezón y de 13 entre ombligo y pubis

Creadores, artistas y diseñadores llevan décadas colaborando con el espectáculo, con nombres para presumir como Christian Louboutin, David Lynch, Miuccia Prada, Roberto Cavalli, Kylie Minogue, Woody Allen o Salvador Dalí. "El concepto creativo es lo que inspiró a Alain Bernardin y lo que nos sigue moviendo a nosotros", reconoció Andrée Deissenberg: "Hemos entrado en el siglo XXI con nuevas tecnologías en la luz, el video, los montajes, sigue muy vivo pero mantiene ese erotismo chic que gusta tanto a hombres como a mujeres".

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El Crazy Horse nació en 1951 con el propósito de ser un templo a la mujer y pronto se afianzó como local imprescindible en la noche parisina. Con el gancho de sus 60 años de vida decidieron salir de su país de origen, donde es considerado una institución nacional, y ponerse a recorrer mundo con Forever Crazy. El espectáculo estará en Bilbao entre el 9 y el 17 de noviembre, dos semanas en que el Teatro Campos mutará en un pequeño e íntimo cabaret, con un escenario de 6 metros de largo por 2 de alto y un aforo exclusivo y muy limitado. El hilo argumental de Forever Crazy se teje en torno a 10 vignettes, “historias independientes que incluyen algunos de los iconos de su creador y otras piezas inspiradas en la actualidad, como una que se inspira en la crisis de las hipotecas subprime", relata Deissebberg.

Su directora, Andrée Deissenberg, dice que es "una celebración de la feminidad sensual y sofisticada"

Una decena de bailarinas como las dos que ayer visitaron Bilbao se encargan de insuflar vida y grandes dosis de erotismo a cada cuadro. “De cada 60 chicas que solicitan entrar cogemos a una”, dice Deissenberg. En el tono de su voz se adivina lo estricto de los cánones que pasa a enumerar. No basta un cuerpo bonito, ni mucho menos. En Le Crazy Horse, la perfección se mide en centímetros. Deben tener entre 1,68 y 1,72 de altura, no se admite trampa alguna de cirugia estética y se exigen, ni mas ni menos, 21 centimetros entre pezón y pezón y 13 entre ombligo y pubis. Y además, recalca su directora, “tienen que tener una buena base de danza clásica y un carisma especial”. Con semejantes condiciones, es lógico que las 45 mujeres que integran actualmente el elenco provengan de 15 países. “Reciben tres meses de entrenamiento, para que adapten sus conocimientos de danza clásica al estilo único del cabaret, y la noche de su estreno eligen su nombre artístico”.

Loa Vahina lleva siete años en el Crazy Horse, y dice que desde que actúa allí se siente “una mujer sublime que domina el arte de la sugestión y sabe cómo tener al público comiendo de la mano”.  Para ella, el mayor lujo es colaborar con diseñadores de moda como Louis Vuitton o Jean Paul Gaultier. No así para la italiana Gloria, que con la gira de Forever Crazy está juntando sus dos pasiones, “la danza y el baile”. Las dos coinciden en quelo más difícil fue "librarse de los prejuicios a la hora de bailar desnudas", pero tanto la veterana como la recién llegada mantienen que en Le Crazy Horse "siguen aprendiendo y evolucionando cada día". 

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