El Crazy Horse es una celebración de la mujer, afirma su directora
El teatro Arteria Paral.lel acogerá un espectáculo del cabaré parisino en la primera vez que visita Barcelona
El Crazy Horse de París desplazó ayer a Barcelona a su directora y a dos chicas del espectáculo que presentará el célebre cabaré cinco semanas en el teatro Arteria Paral·lel (a partir del 3 de octubre) para ir preparando el terreno. Tras una sesión fotográfica que supo a poco visto lo que es el show, las dos imponentes artistas tomaron un ascensor para acceder a la rueda de prensa. En el trayecto las acompañó como único varón quien firma estas líneas, que, por primera vez en su vida, no solo no sintió claustrofobia sino que le pidió fervientemente a Dios que el mecanismo se averiara.
La directora Andreé Deissenberg ofreció unas pinceladas históricas del Crazy Horse, fundado en 1951 por Alain Bernardin, que lo convirtió en parte del legado cultural de Francia y que viva Francia. Deissenberg tomó el relevo del propio fundador para llevar al Crazy al siglo XXI renovándolo sin perder su esencia. Baste decir que el espectáculo que recalará en Barcelona, Forever Crazy, tiene como coreógrafo a Philippe Decouflé, uno de los nombres de referencia de la danza contemporánea. No se ha perdido, sin embargo, la tradición de presentar a mujeres muy bellas “vestidas por la luz”, lo que, por supuesto, es un eufemismo para decir que van como sus madres las trajeron al mundo pero en versión agárrate que vienen curvas.
El montaje consiste en una serie de viñetas que alternan la tradición del Crazy Horse con la modernidad
El montaje consiste en una serie de viñetas que alternan la tradición del Crazy Horse con la modernidad. La directora recalcó, algo innecesariamente, que lo más importante son las bailarinas y recordó la meticulosa selección de que son objeto, selección que ríete tú de los cuerpos de operaciones especiales. Entre 1,68 y 1,72 de altura, todo natural. Algunas medidas dejan en ridículo la proporción áurea y hasta la sucesión de Fibonacci: del ombligo al pubis, 13 centímetros. Por lo visto, eso garantiza una disposición alta del trasero. ¡Qué sabia es la naturaleza!
El físico no basta, por supuesto, y a las chicas del Crazy Horse se les requiere ser expertas en danza clásica. “Luego las deconstruimos y las reconstruimos como bailarinas Crazy Horse. Lo que hace Ferran Adrià con la tortilla lo hacemos nosotros con ellas”.
Las bailarinas, añadió la directora, tienen que aprender a bailar desnudas sin desvelar nada, lo que tiene su aquello. “Bernardin decía que no hay nada más erótico que la frustración”, reflexionó la responsable del cabaré.
Deissenberg recalcó que el público del Crazy Horse ha pasado de estar compuesto por hombres y mujeres al 50% a que cada vez haya más mujeres, muchas en grupos sin hombres. Consideró el espectáculo que ofrece el célebre cabaré “una celebración de la mujer y de la feminidad”. Por su parte, las bailarinas recalcaron que danzar desnuda requiere un aprendizaje cuidadoso. “Debes saber qué posiciones no puedes adoptar porque quedaría horrible”, coincidieron con un mohín.
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