Brecha socialista en el Ayuntamiento de Barcelona
La Federación del PSC de la ciudad y un sector del grupo municipal rechazan la "sociovergencia" que negocia Jordi Martí
La posibilidad de que el PSC apoye al alcalde Barcelona, Xavier Trias e incluso que se convierta en socio de gobierno lleva camino de abrir una brecha entre el jefe de las filas socialistas en el consistorio, Jordi Martí, y el primer secretario de la federación de Barcelona, Carles Martí.
Desde el partido se contempla con recelo que el líder de la oposición apueste decididamente por llegar en las próximas semanas a un acuerdo para aprobar la hoja de ruta del madato, el Plan de Actuación Municipal (PAM. Eso conduciría casi inevitablemente a posibilitar la aprobación de los presupuestos de 2013 y, en una tercera fase, volver a formar parte del gobierno de la ciudad al alimón con CiU.
Ese escenario no lo comparte la dirección de la federación socialista de Barcelona —aunque diera el visto bueno a las negociaciones iniciadas en mayo —y también lo rechaza buena parte de los regidores del grupo municipal del PSC. En este último, hay dos visiones de futuro. Una, que ve que Trias está gobernando la herencia de 30 años de PSC de forma no muy diferente a como lo hacían ellos y que, por tanto, podrían gobernar conjuntamente. La otra, la de los regidores más afines a Carles Martí, rechaza de plano la sociovergencia y reprocha a Trias no tener ninguna idea para la ciudad.
Hasta el día 14 los socialistas no decidirán si apoyan el PAM, aunque todo apunta a que al final se impondrá el criterio de la federación del PSC y será que no.
Para los que apoyan la negociación de Jordi Martí con Xavier Trias en el diseño del plan de mandato, lo que ahora les distancia es subsanable. Es decir, que todo es negociable, desde el modelo de las guarderías municipales, pasando por el plan de usos de Ciutat Vella y los controvertidos proyectos urbanísticos de la reforma del Port Vell y el Blau@Ictinea del puerto. Por el contrario, para los que se oponen a la sociovergencia, la Federación de Barcelona y buena parte del grupo municipal, esas mismas cuestiones son algo así como unas líneas rojas a las que no se puede renunciar. Consideran que son dos modelos de ciudad.
Así las cosas, los negociadores municipales del PSC se sentarán el miércoles con sus homólogos de CiU sin saber muy bien cómo acabarán. Desde el gobierno de Trias, además, se ve con recelo la brecha que hay dentro de los socialistas: “así es difícil llegar a acuerdos”, comentan desde CiU.
El calendario es el que es y se encargará de despejar las incógnitas: el pleno del 5 de octubre debería aprobar el PAM y 10 días más tarde se tiene que afrontar la aprobación inicial de las ordenanzas, esto es, la negociación de los presupuestos del año que viene. Para añadir más posibilidades, Alberto Fernández Díaz, presidente del grupo municipal del PP, abre otro escenario: gobernar sin PAM y negociar los presupuestos. A eso hasta se apuntaría.
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