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JUAN IGNACIO PÉREZ | Director de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV

“La ciencia es esencial en una sociedad abierta y democrática”

“La humanidad suele ir mejorando poco a poco. Soy optimista”, afirma el director de la Cátedra de Cultura Científica de la UPV

Juan Ignacio Pérez, en San Sebastián.
Juan Ignacio Pérez, en San Sebastián.JAVIER HERNÁNDEZ

Si el currículo de cualquiera de sus predecesores ya habría ocupado más de la mitad de esta entrevista, el de Juan Ignacio Pérez presenta además algunos de los hitos más recientes de la Universidad del País Vasco (UPV). Fue responsable como rector de devolver la calma institucional a un centro rodeado por la polémica o de poner en marcha el proceso de convergencia europeo.

Ahora, desde la Cátedra de Cultura Científica, analiza la situación de la divulgación, la educación, el escepticismo y la universidad en el marco de uno de los Cursos de Verano de la UPV, que ha codirigido, y que ha versado sobre la compatibilidad entre ciencia y democracia.

Pregunta. Durante los últimos años se han extendido, dentro de las universidades, unidades de cultura y comunicación. ¿A qué cree que se debe este creciente interés?

Respuesta. En el caso de la UPV y su Cátedra de Cultura Científica lo hizo porque, además de la gran actividad investigadora que hace en ciencia y tecnología, había un déficit comunicativo que nos pareció importante tener en cuenta. Era necesario saber comunicar ciencia y también tratar de ampliar la cultura de la ciudadanía acerca de ella. Esto es una tendencia general. Muchas universidades están interesadas en dar a conocer lo que se hace dentro de ellas. Es algo importante, porque somos una sociedad muy dependiente de la ciencia. Es necesario saber y conocer en qué consiste esta herramienta tan poderosa que poseemos.

P. La importancia de la educación a la hora de divulgar ciencia es clave. ¿Qué opina del pesimismo con el que se habla sobre ella? ¿Cree que hay poco interés de los centros en promover la ciencia?

Perfil

Juan Ignacio Pérez (Salamanca, 1960), doctor en biología y catedrático de Fisiología Animal, fue rector de la Universidad del País Vasco (UPV) entre 2004 y 2008. En la actualidad, dirige la Cátedra de Cultura Científica de la universidad pública. Además de numerosos artículos científicos, ha publicado libros y ha colaborado como asesor científico en programas como Escépticos. También escribe en múltiples blogs: Amazings (colectivo), Animaladas, Uhandreak, La naturaleza humana y, sobre política, en ...un tal Pérez.

R. No es que haya falta de interés; es que hay poca cultura científica. El sistema educativo todavía no ha conseguido llegar al nivel de transmisión que nos gustaría. Pero sí que es cierto que la educación es un elemento fundamental. Y, pese a todo, creo que ha mejorado, porque ha alcanzado unos grados de universalización como no habíamos visto nunca. El pesimismo siempre está de moda; tendemos a pensar que las cosas van a ir a peor. Y normalmente la humanidad, en términos generales, suele ir mejorando poco a poco. El problema es que sólo miramos los últimos dos o tres años, y nos angustiamos. Pero yo creo que estamos bastante mejor que hace 300 años, cuando la Revolución Científica. En esto yo soy optimista, un optimista antropológico.

P. En una sociedad donde la mecánica cuántica se utiliza para justificar cualquier superchería y timo, la homeopatía se vende junto a medicamentos en las farmacias y ciertas universidades dan créditos por acudir a cursos pseudocientíficos, ¿se puede tener esperanza en el futuro?

R. Sí, claro que sí. Es una cuestión de tiempo. En el pasado, esto es muy importante recordarlo, había muchas más supersticiones. Incluso se quemaban brujas. Nunca hay que olvidar cosas así porque, al hacerlo, se acaban frivolizando algunos sucesos con consecuencias dramáticas. También en la actualidad, hasta no hace mucho, en Sudáfrica se seguía diciendo que el sida no se transmitía por las relaciones sexuales. Incluso en esto estamos mejorando, y por eso hay esperanza.

P. ¿Cuáles son los riesgos de una sociedad no educada en la cultura científica?

R. Se pierde criterio a la hora de decidir colectivamente en relación a asuntos que nos afectan directamente. Ahí está el riesgo. A su vez, estoy convencido de que también nos aporta capacidad crítica, un elemento esencial en el funcionamiento de las sociedades abiertas y democráticas. Sin ella, no hay crítica del poder. Hay indicios, vínculos y evidencias, algunos de ellos no son concluyentes porque en este terreno es difícil que lo sean, que relacionan el progreso tecnológico-científico de una sociedad y el grado de democracia que hay en esta. Por lo tanto, es conveniente cuidar el desarrollo científico porque al final acaba siendo una garantía del desarrollo democrático.

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