La CHJ investiga el control de lixiviados en la planta de basura de Alicante
Ecologistas en Acción denuncian que las balsas estaban a rebosar cuando no deberían superar la mitad
La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) investiga la denuncia presentada en junio por Ecologistas en Acción contra la concesionaria de la planta de basura de Alicante, Inusa, por supuesto incumplimiento de las medidas de control y vigilancia de los residuos contaminantes, concretamente de los lixiviados (líquido procedente de la descomposición de la materia orgánica). La denuncia alertaba de que las dos balsas donde se vierten los lixiviados están a rebosar cuando no deberían superar la mitad de su capacidad, según la condición impuesta por la propia CHJ para otorgar la Autorización Ambiental Integrada (AAI) del centro de tratamiento de residuos. En un episodio de lluvias torrenciales, el rebose de estas balsas podría provocar vertidos contaminantes.
La CHJ ha comunicado a Ecologistas en Acción que en respuesta a su denuncia envió, a finales de junio, una inspección a cargo de técnicos cuyo resultado (que no detalla) ha sido comunicado ya a la Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, autoridad competente.
Tras recibir la información del organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el portavoz de Ecologistas en Acción del País Valenciano en Alicante, Carlos Arribas, valoró la rápida respuesta y reacción. Una respuesta, agregó, que contrasta con el silencio de la Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente, ante la cual también se presentó la denuncia.
Los denunciantes defienden que la Dirección General de Calidad Ambiental de la citada consejería concedió el pasado 21 de marzo la AAI a la empresa que explota la planta de basura de Alicante y entre otras condiciones imponía un control y vigilancia mensual de la balsa de lixiviados, que debía permanecer por debajo de la mitad de su capacidad. Pero una inspección de los denunciantes a finales de mayo evidenció que la condición de incumplía “de forma flagrante” al comprobar “que las dos balsas de lixiviados están casi completamente llenas”.
A principios de agosto, el Consell sancionó a Inusa por no separar los destinados a valorización en planta de los que van directamente al vertedero.
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