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¡Pero qué guapos son los Auryn!

Una 'boyband' española comparte un campamento de verano en el Escorial con sus jóvenes y extasiadas admiradoras

Tommaso Koch
Los cinco miembros de Auryn (en el centro), rodeados por sus 'fans' en el 'camping' de El Escorial.
Los cinco miembros de Auryn (en el centro), rodeados por sus 'fans' en el 'camping' de El Escorial. SANTI BURGOS

El Auryn es un talismán que, en La historia interminable, permite cumplir los deseos de aquel que lo posea. Y con este esperanzador nombre se bautizó una boyband de cinco veinteañeros que hace dos años se lanzó a la aventura de ser los Take That españoles. Aunque el amuleto ha funcionado más allá de sus deseos. “Esto supera con creces nuestras expectativas”, cuenta David, uno de los Auryn.

“Esto” es un campamento en el que el grupo comparte lugar, comida, guerras de globos, barbacoas y conciertos con un río de jóvenes fieles que los idolatran. Tras inaugurar la iniciativa el año pasado en Castellón, los Auryn (que recientemente han fichado por la multinacional Warner) han vuelto a repetirla durante tres días y hasta hoy en el camping del Escorial. Y 165 fans han desembolsado encantadas 320 euros para estar codo a codo con sus mitos y gritarles, una y otra (y otra, y otra…) vez, lo maravillosos que son.

También gritan las canciones de la banda. Tanto que es imposible abandonar el camping sin saberse el nombre de los cinco, que se apellidan “guapo”, y hasta algún estribillo. Más aún ya que los animadores se esmeran en fomentar la adulación de las fans. Cada excusa es buena para aplaudir o corear el nombre del grupo. Hasta el punto de que dan ganas de coger el megáfono y decir lo que sea: no vaya a ser que se lleve uno un baño de autoestima.

Aunque, claro, los mortales no somos tan hermosos como Carlos, David, Daniel, Blas y Álvaro. Ni tampoco se trata solo de eso. “Son súper cercanos, están siempre pendientes de nosotras”, cuenta Irene Serrano Álvarez, madrileña de 16 años, que por 340 euros se ha hecho con la entrada VIP y ya está ahorrando para el campamento del año próximo.

Para las hermanas María y Marta Cárdenas, de 20 y 15 años, en cambio, el del Escorial es ya el segundo camping. También estuvieron en Castellón, porque llevan “mucho tiempo” siendo fans. Por ello se han venido desde Málaga, y porque “es una quedada entre amigas, un punto de encuentro para las aficionadas”.

Hay sin embargo una divisoria entre fans veteranas y nuevas. Las primeras subrayan con orgullo su larga pasión. Las otras reconocen en voz baja ser novatas. Además, las de toda la vida (es decir, de un año y pico) rehúyen del delirio que cada aparición de los Auryn suscita en sus compañeras debutantes. “Ayer chillaban durante el concierto y cubrían las voces”, cuenta Victoria Ram de Viu, de 17 años.

El excesivo entusiasmo que lamenta Victoria tuvo tal vez su apogeo el año pasado. Y el pobre Álvaro se llevó un arañazo en el cuello, recuerdo de una fan demasiado cariñosa. Pero los Auryn se muestran agradecidos con tanta pasión. “Es como si te lo hiciera alguien de la familia. Valoramos su sinceridad”, defiende el arañado.

El termino familia no es casual. Así llaman los Auryn a sus fans. Aunque, para ser una familia, hay cierto desequilibrio de género. La mayoría de su público son niñas de entre 14 y 20 años; en el camping hay 160 chicas y solo 5 chicos. “Me encantan sus letras sobre el amor, las rupturas y los rencuentros”, asegura Raul Moreno, uno de los representantes masculinos.

Sin embargo, “sus letras” tampoco son muy suyas. De las 12 canciones de su álbum de debut, Endless Road, 7058, solo cuatro temas están compuestos por ellos mismos. Pero las fans y a sus gargantas no parece importarles demasiado. De ahí que, tras tres horas en el campamento, si uno tuviera un Auryn probablemente expresaría el deseo que suelta una chica a sus dos amigas que empiezan de nuevo a tatarear un tema: “¡Callaros ya!”.

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Sobre la firma

Tommaso Koch
Redactor de Cultura. Se dedica a temas de cine, cómics, derechos de autor, política cultural, literatura y videojuegos, además de casos judiciales que tengan que ver con el sector artístico. Es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Roma Tre y Máster de periodismo de El País. Nació en Roma, pero hace tiempo que se considera itañol.

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