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López evita ‘la foto’ con Bildu tras excluir todo pacto con los ‘abertzales’

El Ejecutivo acaba con casi 30 años de tradición de reunirse en San Sebastián

Iñigo Urkullu, ayer en el recinto festivo del Arenal.
Iñigo Urkullu, ayer en el recinto festivo del Arenal.LUIS ALBERTO GARCÍA

El Gobierno no se reunirá el próximo día 28 en San Sebastián, rompiendo así por primera vez la costumbre, ya tradición, de celebrar allí el consejo del último martes de agosto, iniciada hace casi tres décadas en los albores del autogobierno. El lehendakari, Patxi López, se ahorra así el encuentro y la correspondiente foto con los principales representantes institucionales de Bildu —el alcalde de la ciudad, Juan Karlos Izagirre, y el diputado general de Gipuzkoa, Martin Garitano—, quienes habrían ejercido de anfitriones del Ejecutivo en el Palacio de Miramar.

Esa imagen, aunque fuera forzada por la cortesía institucional, no habría casado bien del todo con uno de los primeros compromisos que los socialistas han explicitado públicamente por boca de su propio candidato a la reelección: la promesa de que en ningún caso pactará López con la izquierda abertzale.

El PSE pudo querer con ella arrastrar al PNV, o al menos forzar su pronunciamiento, y ayer lo tuvo, pero en sentido opuesto. El presidente de este partido, Iñigo Urkullu, insistió en ABC Punto Radio que no descarta ninguna alianza ni cierra “ninguna puerta” a nadie para después del 21 de octubre.

El Gobierno justifica la supresión de la cita de cada agosto en Miramar por la crisis

Urkullu añadió que defendería en el Congreso, si llega a ser lehendakari, un plan soberanista —que obviamente solo puede sacar adelante con el apoyo de la izquierda abertzale, como hizo Juan José Ibarretxe— si previamente lo aprueba el Parlamento. Esta circunstancia puede perfectamente producirse de nuevo, a tenor de la amplia mayoría que todas las encuestas indican que sumarán el PNV y la coalición EH Bildu.

El portavoz socialista, José Antonio Pastor, salió al paso de esa posición de Urkullu dando por hecho que tal acuerdo con los abertzales se producirá. Pastor acusó al candidato del PNV de apropiarse “del discurso del lehendakari”, proponiendo ahora medidas económicas, sociales o fiscales que este ha perseguido durante todo su mandato y que PNV y PP han impedido, para esconder tras él “su intención de pactar con Bildu”.

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Pastor rechazó que ambas críticas constituyan un contrasentido: “Ya lo hizo Ibarretxe, y tampoco coincidía en política económica” con los radicales, dijo. Y recordó que fue la posición del PNV lo que proporcionó a Bildu las principales instituciones guipuzcoanas y que ambas fuerzas arrebataron juntas al PSE Ayuntamientos como los de Lasarte o Trapagaran.

Pastor da por hecho que el PNV acabará pactando con la coalición

Fuentes del Ejecutivo quisieron quitar trascendencia a la decisión de prescindir este año, por vez primera, de la reunión en San Sebastián. La justificación oficial es que la apertura del curso político, que tradicionalmente se realiza con ese consejo, se produjo ya con el del martes pasado, tras el que López anunció el adelanto de los comicios. Carecería de sentido trasladar el del martes próximo, ya sin significación especial, a la capital guipuzcoana, dijeron.

Pero el Gobierno descartó también antes realizar en San Sebastián la reunión del día 21. Ello habría causado la simultaneidad del anuncio de la fecha de las elecciones y la foto con las caras gobernantes de Bildu.

Aunque existe un precedente —José Antonio Ardanza convocó en Miramar las elecciones de 1998— López prefirió la imagen en solitario y dentro del lugar habitual de trabajo del Ejecutivo. El alcance del anuncio habría aconsejado la comparecencia del lehendakari en el escenario más institucional y reconocible socialmente.

La lectura oficial que se ofrece desde el Gobierno tiene más que ver con la austeridad y la seriedad en momentos de crisis. La tradición de celebrar esa primera reunión del Ejecutivo en San Sebastián va siempre acompañada de cierto boato, con la interpretación del himno, un aurresku, una copa con las autoridades locales y una comida.

Más que de la cita con Bildu, según esas fuentes, el Ejecutivo habría querido huir de cualquier imagen de frivolidad o dispendio, dado el contexto de recortes y la amenaza de otros por venir. También quiso evitar cualquier distracción de la atención —por ejemplo, hacia el tono de los saludos o la actitud de unos y otros— respecto del anuncio que iba a realizar López y su explicación de las razones del adelanto electoral. En el contexto “de crisis dura” actual el mensaje ahora quería ser “se vuelve al tajo y solo se vuelve al tajo”, según una de las fuentes consultadas.

Y añaden que más duro era el momento en el que López se encontró con Izagirre y Garitano el año pasado por estas fechas, con motivo precisamente del Consejo de Gobierno ya que ETA no había anunciado aún su renuncia, y no se esquivó, argumentaron.

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