Feijóo desvincula a Rajoy de la decisión sobre la fecha electoral

La decisión le corresponde a él y se está afanando por hacerlo bien evidente. Frente a las insistentes peticiones de la oposición, que se redoblaron ayer, para que el presidente de la Xunta despeje de una vez la incógnita de la fecha electoral, Alberto Núñez Feijóo se está recreando en un hermetismo a prueba de bomba. Ayer compareció ante los periodistas en Madrid, donde se entrevistó con el ministro de Agricultura, Miguel Arias Cañete, pero esquivó las preguntas alegando que esa decisión debe anunciarla en Galicia. El martes se acaba el plazo legal para publicar en el Diario Oficial de Galicia la disolución del Parlamento, si es que Feijóo opta por hacer coincidir los comicios con los vascos, el próximo 21 de octubre. Y, de momento, nada indica que el presidente vaya a descubrir sus cartas antes de que termine el plazo.

“El único lugar posible para responder a esa pregunta tiene que ser Galicia”, contestó el presidente gallego a los periodistas que le esperaban en Madrid, tras la entrevista con Cañete, para tratar de sonsacarle sobre la fecha electoral. Feijóo también quiso dejar claro que su viaje a la capital estaba programado de antemano y no incluía ningún encuentro con el presidente del Gobierno para abordar el espinoso asunto electoral. “Con el señor Rajoy he conversado en Galicia, donde él ha estado una semana, y estamos totalmente de acuerdo en que la decisión sobre cuándo han de ser las elecciones gallegas corresponde solo al presidente de la Xunta y esa responsabilidad es indelegable”, sentenció. En el PP todo el mundo da por hecho que Feijóo y Rajoy llevan tiempo abordando la cuestión. Y en los últimos días hay un dato fundamental que maneja el presidente del Gobierno y que puede decantar la decisión de Feijóo: el calendario del más que previsible rescate que pedirá España y que, de coincidir con la campaña gallega, colocaría en una situación muy comprometida al PP, cuyas encuestas internas no le garantizan en absoluto la mayoría suficiente para seguir en la Xunta.

Orozco: “El país no vive sin saber las fechas electorales. Díganos cuándo”

Feijóo sigue recabando opiniones sobre la conveniencia de anticipar los comicios o dejarlos para la primavera de 2013, cuando termine la legislatura. Pero no ha trascendido que el presidente haya comunicado a nadie el sentido de su decisión. Aunque en el partido, tanto en Galicia como en Madrid, se abre paso la sensación de que unirá su suerte a la del lehendakari, todos insisten en que la última palabra corresponde a Feijóo. En esos términos se manifestó ayer uno de los barones del partido, el presidente de la Diputación de Pontevedra, Rafael Louzán, quien, no obstante, recordó que, a diferencia de Patxi López, el jefe del Ejecutivo gallego tiene respaldo parlamentario suficiente para continuar gobernando hasta el último día.

Mientras, la oposición intensificó su presión sobre Feijóo para que despeje cuanto antes la incertidumbre. El más expresivo fue el presidente del PSdeG, el alcalde de Lugo, Xosé López Orozco, quien emplazó así al presidente de la Xunta: “Señor Feijóo, díganos cuándo y no nos tenga en esta incertidumbre. El país no vive sin saber las fechas”. Las direcciones de socialistas y nacionalistas dieron por hecho que el viaje de Feijóo a Madrid incluía una entrevista con Rajoy e interpretaron que la última palabra sobre las elecciones no la tendrá el presidente de la Xunta sino el del Gobierno central. “El servilismo de Feijóo es lamentable”, afirmó el secretario de organización del PSdeG, Pablo García. “Tiene que pedir permiso para convocar las elecciones, lo que demuestra que antepone los intereses del PP y de Rajoy a los de Galicia y los gallegos”.

En términos parecidos se expresó el diputado del BNG Bieito Lobeira, para quien la convocatoria de elecciones depende “de lo que le digan en Madrid” al presidente gallego. Lobeira recordó que Feijóo había anunciado que agotaría su mandato, pero le acusó de ser un “experto en incumplir”. El BNG, a diferencia de los socialistas, sin una posición fijada, se ha mostrado abiertamente partidario del adelanto electoral.