El retorno de Morante

Es sabido que las repeticiones no son muy amigas del mundo de los toros. Eso de que se produzca dos veces seguidas la misma conjunción entre toro y torero no suele ocurrir. Por ello, no será una sorpresa si el regreso de Morante de la Puebla a Bilbao con la ganadería de Núñez del Cuvillo no resulta el éxito de la pasada temporada, cuando cortó las dos orejas del cuarto de la tarde y firmó una tarde para la historia de la plaza.

Bilbao, por su ubicación en la temporada, es una feria dada a este tipo de combinaciones que han tenido éxito en alguna de las ferias clave.

Hace ahora treinta años, se vivió en Madrid la corrida del siglo, una triunfal tarde en que matadores y ganadero salieron en hombros de Las Ventas. Bilbao repitió ese cartel: los toros de Victorino Martín para Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar. La repetición fue un desastre, agravado por la expectación que había levantado entre los aficionados, soñadores de una tarde como aquella vivida en el coso capitalino un par de meses antes.

Ahora, llega una nueva repetición que sirva para una nueva tarde de ensueño de Morante. El sevillano renunció a estar anunciado dos tardes en Bilbao en las presentes Corridas Generales y el de hoy será su único paseíllo en Vista Alegre. No está siendo una temporada buena para Morante, que ha pasado de puntillas por todas sus grandes citas, si bien se han cantado sus excelencias en el mano a mano con José Tomás en Huelva, en una tarde donde no hubo animales para que tuviera importancia.

El regreso de Morante se traduce en más de 200 personas exclusivamente desplazadas desde ayer a Bilbao para seguir al diestro sevillano. Por eso, no es de extrañar que quienes le sacaron por la puerta grande fueran un grupo de apasionados paisanos desplazados desde tierras andaluzas.

Con todo, Morante llega de cortar dos orejas en San Sebastián con una faena que habría sido mejor premiada con un único trofeo, pero su duende puede volver a sonar en cualquier momento.

Lo cierto es que el cartel de hoy es redondo, pues junto al triunfador del pasado año actuará El Juli, uno de los preferidos de Bilbao en la última década, quien no pudo estar en las corridas de junio por una cogida y que debe apretar el acelerador para conseguir un triunfo grande en la presente campaña.

Con ellos, Alejandro Talavante, el torero en el mejor momento del escalafón. Después de sus triunfos en las dos últimas temporadas, el extremeño está confiado y ya demostró en junio pasado en esta plaza la dimensión de su arte.

La única duda es si los astados de Núñez del Cuvillo darán la talla, pues en esa persecución de la calidad en la embestida y de la nobleza a veces han perdido cualquier dosis de emoción exigible a un toro bravo.

Es una de las tardes grandes de la feria, de las de una cruz para los aficionados cuando salen los carteles y, sin duda, una de las más apetecidas por el público menos avezado. Los tendidos, con o sin la siempre de agradecer promoción de El Juli para la juventud, lo notarán y por fin este año habrá una buena entrada en Vista Alegre.