El verano abrasador de Castellano
Arrecian las críticas al Consell tras las dos muertes en la Torre de les Maçanes
La Comunidad Valenciana vive un verano negro. Y con más de un mes de estío todavía por delante, ya hay que remontarse a 1994, cuando ardieron casi 140.000 hectáreas, para encontrar un año más catastrófico. Aunque las consecuencias más dramáticas son las tres vidas perdidas en la extinción de estos fuegos.
Fuego, cenizas y cada vez más críticas. Los grandes incendios han estado acompañados de denuncias por el impacto de los recortes del Consell: menos medios, menos eficacia y más riesgo. Y el blanco de estas críticas es el consejero de Gobernación, Serafín Castellano, que compareció en las Cortes Valencianas en julio y al que la oposición ya reclama nuevas explicaciones en el Parlamento valenciano. Castellano niega la mayor, incluso presumió en las Cortes Valencianas de eficacia, pese en cuatro días de este verano se le han quemado tantas hectáreas de monte (casi 50.000) como en 17 años de gobierno del PP en la Generalitat (54.948).
Pero las críticas arrecian. El consejero repite a quien quiere escuchar que este año no se han recortado el número de medios terrestres y aéreos pero no menciona que la empresa pública Tragsa redujo hace dos veranos (y mantiene el recorte) en 350 los efectivos de lucha contra el fuego en verano, ni que este año por primera vez se ha eliminado el programa Pamer, que el año pasado supuso la contratación por parte de las entidades locales de algo más de 2.100 parados para tareas de limpieza del monte.
Las críticas ya no llegan solo de la oposición política o de los sindicatos. Los profesionales que están en las labores de extinción han denunciado, a raíz del incendio de La Torre de les Maçanes, que no se dio por controlado hasta ayer a las 20.00 tras días estabilizado debido principalmente a las altas temperaturas de los últimos días, las consecuencias de estos recortes. “Trabajamos más, cobramos menos y asumimos más riesgos”, resumía esta semana un brigadista de Castellón. “Lo que antes tardabas en apagar 20 minutos ahora te puedes tirar una hora”, agregaba otro de Alicante para alertar del mayor riesgo al que se enfrentan los equipos de extinción.
Brigadistas y bomberos también han criticado al mando avanzado por la estrategia que se siguió en La Torre de les Maçanes en la zona en la que murieron los dos trabajadores. El Consell calla y remite a la investigación, aunque se ha apartado al jefe de sector de la zona por las críticas.
Este viernes y tras conocerse las críticas vertidas por algunos de los brigadistas y bomberos que participaron en las labores de extinción a la estrategia seguida en el incendio de La Torre de les Maçanes, Compromís exigió la comparecencia de Castellano en las Cortes Valencianas para que explique el accidente, la evacuación de los heridos (algunos de los cuales fueron trasladados fuera del monte por vehículos particulares) y la tardanza del grueso de los medios de extinción.
Desde el inicio del verano han ardido en la Comunidad Valenciana más de 51.000 hectáreas en los principales incendios, buena parte de ellas de alto valor ecológico (como en la localidad alicantina, donde el fuego ha arrasado pinos de más de 300 años de antigüedad). El grueso de los municipios afectados, además, tienen en el turismo que llega atraído por su privilegiado entorno natural sus mayores fuentes de ingresos, lo que aporta más dramatismo a la carbonizada estampa que han dejado los incendios. Los anuncios de ayudas públicas, por ello, no se han hecho esperar, aunque han sido recibidas en muchos casos con escepticismo por algunos ayuntamientos afectados.
Ayer mismo, Compromís se mostró partidario de que el incendio de La Torre de les Maçanes, que también afecta a Penàguila y Benifallim, tenga la misma consideración que los ocurridos en Cortes de Pallás y Andilla, pues los efectos “son muy similares”. Compromís quiere que los fondos destinados a paliar los efectos de los incendios sean gestionados por las entidades locales.
Tuvo que ser una nota de Rajoy la que identificó a uno de los fallecidos
La política de Castellano en estos grandes incendios ha tenido siempre el mismo denominador común: la reticencia a ofrecer datos.
Día 1 de julio de 2012. El fuego amenaza desde hacía ya tres días los términos de 20 municipios del interior de las provincias de Valencia y Castellón. Hay 1.500 evacuados. Y no hay datos oficiales sobre la superficie afectada. La Generalitat no hará balance hasta que se controle el fuego, pero Protección Civil habla de 20.000 hectáreas y otras fuentes elevan la cifra hasta las 45.000 hectáreas. Al día siguiente el piloto de un helicóptero de las Brigadas de Refuerzo de Incendios Forestales falleció tras estrellarse su aparato mientras trabajaba en la extinción y caer al pantano de Forata.
Gobernación no ofrece ni un dato sobre la identidad de la víctima. Ese día Castellano, en otra de sus lacónicas apariciones ante los medios de comunicación, se limita a decir que el incendio está estabilizado y cifra finalmente la superficie afectada: 50.000 hectáreas.
La última ocasión que ha tenido para desterrar el halo de opacidad informativa que envuelve a su departamento ha sido a raíz del tráfico incendio de La Torre de les Maçanes. Pero el consejero, lejos de mejorar esa imagen, ha dado una vuelta de tuerca al hermetismo que reina en Gobernación.
El responsable político del PP ofreció una rueda de prensa al día siguiente de declararse el fuego en el interior de la provincia de Alicante ante numerosos medios de comunicación desplazados hasta la zona tras la muerte de dos especialistas en la lucha contra incendios. Allí, rodeado de luces y taquígrafos, evitó concretar, a pesar de la insistencia de los periodistas, datos personales de los fallecidos o las circunstancias en las que ocurrió el desgraciado accidente. Solo mencionó que los fallecidos y los heridos sufrieron un “atrapamiento” en la “misma zona durante sus labores contra el fuego”.
Un día antes, la propia consejería informó pasadas las 20.00 en un tuit de la muerte de un “operario” sin precisar si era brigadista o bombero “hasta que no se contacte con los familiares”. No será hasta la 1.50 de la madrugada, cuando en otro tuit se informa del fallecimiento de uno de los tres heridos, brigadista, y se detalla que la primera víctima era agente medioambiental.
Tuvo que ser el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, quien en un comunicado emitido el mismo día de la rueda de prensa de Castellano en el que informaba del envío de un telegrama a la viuda del brigadista fallecido en el incendio de La Torre de les Maçanes revelara indirectamente del nombre de una de las víctimas.
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