Noche a ritmo de habanera
La pianista Marisa Blanes defiende que ni el tango es argentino, ni la habanera cubana. En San Lorenzo, reivindica sus raíces españolas
Siendo alicantina, la relación de la pianista Marisa Blanes con las habaneras es algo prácticamente de nacimiento. Hizo un parón en su carrera para estudiar este tipo de composición, y de ese estudio resultó su último disco: Tangos y habaneras en la música española. Las músicas de ida y vuelta de esa grabación son las que presenta mañana por la noche en el Real Coliseo de Carlos III de San Lorenzo de El Escorial.
“La habanera es una especie de contradanza nacida en Cádiz, un fenómeno multicultural con origen en el Mediterráneo”, explica la pianista: “¡Que no nos digan que la habanera viene de La Habana y el tango de Argentina!”. La esencia del tango, según Blanes, no hay que buscarla en los cafés de Buenos Aires, sino en España, en la época colonial, cuando los tanguillos viajaron al Nuevo Mundo para transformarse y mezclarse en una fiesta musical mestiza que llegó a convertirlos en la música patria de Argentina. Y los compositores clásicos hicieron su propia versión: “La Generación del 27 apuesta por el formato pequeño en sus obras, y en la música pasa igual. Los grandes tangos comienzan con Albéniz y su Lavapiés”, explica Blanes.
Toda esta aventura comenzó con la Habanera de Óscar Esplá. “Empecé el estudio con los compositores valencianos, como Esplá, luego di el salto a los catalanes con Montsalvatge a la cabeza, y luego incluso algunos compositores como Tomás Marco o Carlos Cruz de Castro crearon obras para mí”, comenta la pianista. Por eso el programa que interpreta mañana en San Lorenzo es un viaje que va de los compositores nacionalistas de principios del siglo XX a compositores que siguen estrenando sinfonías como el propio Marco, pasando por nombres como José Luis y Joaquín Turina o Ernesto Halffter.
Pero llama la atención que obras que provienen de la música popular pudiesen calar tanto en los compositores del siglo XX una vez pasado el entusiasmo de los compositores de antes de la Guerra Civil. ¿Sería un entretenimiento mientras se dedicaban a obras más ambiciosas? “La Habanera de Esplá es una obra de gran formato; pero en el caso de Torrandell, su habanera es mínima. De hecho, algunas de sus obras las firma hasta con seudónimo, porque él componía obras grandes al estilo de Brahms. En Montsalvatge no es así: de hecho, una de sus obras más interpretadas son las Canciones negras, argumenta la pianista.
Blanes sigue pensando que la música española, a pesar de su evolución, es nacionalista. Es decir, que ensalza y profundiza el folclore español, buceando en las esencias de la tradición para crear algo radicalmente nuevo. “El tango y la habanera son músicas nacionales. Aunque la música de los años 20 miraba a Francia y todos los compositores pasaban una etapa parisina, el manifiesto nacionalista impulsado por Pedrell en 1927 lleva a que la música española se convirtiera en nacionalista”, dice Blanes.
En el programa de mañana por la noche hay mucho de música contemporánea, siempre cortada por los patrones de la habanera y el tango. Pero a la pianista no le asusta que eso pueda intimidar al público. “Decía Manuel Vicent que el arte no hay que comprenderlo, que es una emoción estética. Las obras contemporáneas explotan muchos recursos, hay ritmos y matices muy impactantes. También es verdad que no es lo mismo ir a escuchar un programa íntegro de música contemporánea que meter un par de obras en un concierto, como es el caso”, concluye la pianista.
Marisa Blanes. Mañana a las 20.00 en el Real Coliseo de Carlos III de San Lorenzo de El Escorial. Entradas: de 10 a 15 euros.
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