Rajoy abandona a los saharauis
"¿Qué va a pasar con las 180.000 personas, en su mayoría ancianos, mujeres y niños, que a duras penas sobreviven en el desierto de Tinduf?"
Mariano Rajoy está a punto de consumar la condena al pueblo saharaui iniciada en febrero de 1976, cuando el último Gobierno franquista y primero de la Monarquía ordenó al Ejército dejar el Sahara a Marruecos y abandonar a los habitantes de lo que fue su última colonia. El pasado sábado el Gobierno de Rajoy evacuó por sorpresa a los cooperantes españoles que trabajan en los campamentos de refugiados de Tinduf so pretexto de “indicios fundados de un severo incremento de la inseguridad”. Hoy solo permanece el cooperante Pepe Oropesa, al que han obligado a firmar un documento para eximir al Gobierno de cualquier responsabilidad. Ayer el presidente de la Coordinadora Estatal de las Asociaciones Solidarias con el Sáhara (CEAS), José Taboada, anunciaba que veinte cooperantes viajarán la próxima semana a los campamentos para entregar un cargamento de ayuda humanitaria. Taboada ha interpelado al Gobierno sobre la situación de los 5.500 niños saharauis que están pasando el verano con familias españolas. “¿Qué hacemos con ellos, les dejamos aquí si es tan inseguro volver?”, ha preguntado. A lo que habría que añadir ¿qué va a pasar con las 180.000 personas, en su mayoría ancianos, mujeres y niños, que a duras penas sobreviven en el desierto de Tinduf?
Si como ha asegurado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo “el norte de Malí se ha convertido en una plataforma terrorista”, el Gobierno del que forma parte tiene la obligación moral y la responsabilidad política de poner una barrera que impida la infiltración de los grupos yihadistas en los campamentos. Si la situación en el Sahara es tan peligrosa, el Gobierno tiene que mandar al Ejército al frente de una misión de paz para garantizar la acción de las ONG e impedir las acciones terroristas en este pequeño territorio en el que, durante 36 años, el pueblo saharaui ha resistido pacíficamente a pesar de la incapacidad de los sucesivos Gobiernos de España de comprometer a la comunidad internacional en una solución justa y de acuerdo con las resoluciones de la ONU. Se trataría de extender la misión de Naciones Unidas para el referendo en el Sahara Occidental (Minurso), que además de observar el alto el fuego y organizar un referéndum, debería garantizar los derechos humanos en los territorios invadidos por Marruecos.
España mantiene tropas en Afganistán porque por allí pasan los intereses estratégicos de Estados Unidos. La armada vigila las aguas próximas a Somalia para defender las pesquerías españolas y oficiales españoles instruyen en Uganda a militares somalíes para que estos preserven los intereses de nuestros armadores. Pero Marruecos, el verdugo de los saharauis, no solo es aliado de EE UU y Francia, también se ha convertido en el gendarme de la frontera sur europea y en el comisionista del banco de pesca que le arrebataron a los saharauis. ¿A quién le importan los refugiados?
http://twitter.com/manuelperis
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