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Tomatito durante su actuación en el Circo Price.
Tomatito durante su actuación en el Circo Price. SANTI BURGOS

Uhm, esos pequeños milagros que acontecen, a veces, cuando confluyen dos músicos de talantes integradores y talentos incontestables. El flautista turco Omar Faruk Tekbilek y el almeriense Tomatito tienen sus respectivas agendas a rebosar, pero un encuentro a principios de este año les despertó una curiosidad recíproca. La hermandad es todavía incipiente, pero sus primeras exploraciones conjuntas tienden un puente entre los dos extremos del Mediterráneo, ese mar que, en palabras del flamenco, simboliza "la música caliente”. No sabemos aún si habrá un álbum común de la alianza, pero, a la vista de lo que pudieron ver anoche mil personas en el Price, bien que apetece.

Omar y José Fernández Torres no tocan mirándose a las manos, sino a los ojos. Frente a frente. Es un diálogo por boca de unos dedos que revolotean libres por el mástil o la caña, aparentando sencillez en lo que solo queda al alcance de unos privilegiados. Los repertorios de uno y otro se comparten, pero la entente parece más bidireccional a partir de las piezas de Tekbilek, que admiten más transfusión gitana que a la inversa. Resultaron muy emocionantes Shinanay, con diálogos cruzados entre las guitarras de ambos bandos, y, sobre todo, Imaginary traveler, original del turco en el que las voces flamencas y las sufíes se amigaban con los fraseos del Tomate en un momento mágico.

Hubo tres conciertos en uno, bien mirado, en el Price. Los seis músicos orientales nos hacen primero disfrutar con el repiqueteo del kanún, el salterio turco (esa especie de arpa horizontal) y el ney de Faruk, una flauta pastoril y embaucadora que lleva cinco milenios acompañando las andanzas del ser humano sobre la faz de la tierra. La voz del líder es sobrecogedora en Alif: suena como si emergiese de sus entrañas. Luego irrumpe Tomate, haciendo de las suyas por bulerías, con su característico sonido de manantial: cristalino y arremolinado. Y, por fin, los 12 músicos juntos, tímidos en Our Spain o Two much love, el clásico de Michel Camilo, pero ardorosos con el Spain de Chick Corea. Definitivamente, Omar y José deberán buscar más fechas libres en sus agendas.

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