_
_
_
_

Cena y bingo en la iglesia

La lluvia fuerza a los vecinos de L’Ametlla del Montsec a llevar al templo actos de la Fiesta Mayor, lo que molesta al cura de la población

Interior de la iglesia parroquia de L’Ametlla del Montsec.
Interior de la iglesia parroquia de L’Ametlla del Montsec.LLUÍS VISA

Cena, orquesta y bingo. La iglesia de L’Ametlla del Montsec, pueblo de la Noguera que tiene unos 50 vecinos censados y que en verano son el doble, no había estado nunca tan animada como la noche del pasado viernes, primer día de la fiesta mayor. La lluvia obligó a los vecinos a cobijarse dentro del templo y continuar allí la programación festiva.

La típica tormenta de verano no aguó la fiesta de esta pequeña localidad de la sierra del Montsec. En el momento de iniciarse la cena en la plaza, la lluvia amenazaba el acto. Como el pueblo no tiene local social, los vecinos acordaron ir a por la llave de la iglesia y continuar en su interior el programa. Lo que no estaba previsto es que junto a los comensales, vecinos y veraneantes, también se instalara en el interior del templo la orquesta que debía amenizar la velada. Según algunos testimonios, la música no era precisamente sacra. De esta forma, mientras la lluvia caía incesantemente, los vecinos pudieron cenar sin mojarse y después jugar al bingo de fiesta mayor, pasatiempo en el que los premios no son dinero, sino con regalos y productos aportados por los mismos asistentes.

Exterior de la iglesia parroquia de L’Ametlla del Montsec.
Exterior de la iglesia parroquia de L’Ametlla del Montsec.LLUÍS VISA

El atrevimiento de los vecinos ha provocado reacciones para todos los gustos. A algunos no les ha hecho gracia la utilización de un lugar sagrado para actividades profanas, principalmente a feligreses creyentes que opinan que la iglesia es un lugar de culto al que se va a rezar. En cambio, otras personas prefieren no rasgarse las vestiduras porque consideran que se ha tratado de algo excepcional que no merece ningún reproche por parte del clero.

“¿No dicen los curas que la iglesia es la casa de todos? Si pierden feligreses es porque no son imaginativos y no se adaptan a los nuevos tiempos. Seguro que había más gente la madrugada del viernes que en la misa del sábado”, señaló un veraneante que participó en los actos.

Mientras los vecinos de l’Ametlla tratan de echar tierra sobre el asunto para esconder su irreverencia, el rector de la parroquia, Josep Maria Novell, se siente engañado porque al día siguiente, cuando llegó al pueblo para celebrar la misa, ya sabía que la iglesia había sido utilizada para alguna actividad de la fiesta y los feligreses no le contaron la verdad. “Me dijeron que como llovía y como no tienen local social habían decidido tomarse el bocadillo dentro del templo. Como insistí, ellos negaron que hubieran hecho nada más. Pero por lo que parece de la misa solo me explicaron la mitad”, dijo ayer Novell.

El sacerdote explicó que se encontró la iglesia limpia y ordenada, sin rastros de la fiesta. “Me aseguraron”, añadió, “que la orquesta no se instaló dentro, pero investigaré qué se hizo realmente en la iglesia”.

El párroco declaró que, si fuera verdad que tocó la orquesta y se jugó al bingo, le parecería un hecho “muy grave” del que tendría que informar al obispado para que sea este el que tome las decisiones que correspondan. “Podría aceptar que, en caso de lluvia y no disponer de un local alternativo, los vecinos cenaran en la iglesia con el máximo respeto al lugar, pero no todo lo demás”.

Ramon Prat, vicario general del Obispado de Lleida, no ha querido opinar sobre unos hechos que desconoce. “Nadie me ha comunicado nada. Me informaré de lo ocurrido y se ha de ver qué es lo que ha pasado realmente en L’Ametlla”, señaló.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_