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Un portero que no aparece

El equipo de hockey hielo de Vitoria recurre a Lanbide para encontrar un guardameta ante el escaso mercado. Salario: 1.000 euros brutos al mes

La plantilla del Bipolo posa, ante su afición, en los prolegómenos de un partido de la pasada temporada.
La plantilla del Bipolo posa, ante su afición, en los prolegómenos de un partido de la pasada temporada.

“Se necesita portero de hockey hielo. Nacional o extranjero, con experiencia contrastable y disposición para residir en Vitoria. Contrato de un año, a razón de 1.000 euros brutos mensuales”. La oferta ha estado disponible en Lanbide. El servicio vasco de empleo ha sido el último recurso al que se ha visto abocado el equipo de hockey hielo de Vitoria, el Bipolo, ante las limitaciones de un mercado que han imposibilitado el fichaje de un guardameta de garantías con el que apuntalar la plantilla para la próxima temporada. Una búsqueda que sigue sin dar resultados. Ningún candidato parece ajustarse al perfil. Agua, por ahora, más que hielo.

Ninguno de los interesados en la oferta cumple el perfil demandado

Bueno y barato son los requisitos que se ha marcado el Bipolo para su nueva incorporación. Del bonito pueden prescindir. No está el mercado como para exigencias en una modalidad deportiva que, aunque solo sea por la falta de espacios para jugarla, es muy minoritaria en España. “Jugadores hay bastantes y se conocen unos a otros, por lo que no cuesta encontrarlos, pero porteros hay menos y los buenos, los que tienen agentes, son inalcanzables para un club modesto como el nuestro”, explica Xabier Ruiz, uno de los responsables de la entidad, que milita en la máxima categoría nacional y aspira este año a pelear por la Liga o la Copa del Rey.

Ambición pese a la crisis

Si la crisis ha hecho mella en el fútbol y otros deportes mayoritarios, cuyas ligas se han visto reducidas incluso en algunos casos, el hockey hielo no es la excepción. Hasta el punto de que la máxima competición la disputan solo seis equipos, dos de ellos vascos: el Txuri Urdin donostiarra y el Bipolo. El club vitoriano, sin embargo, es el ejemplo de que también se puede crecer en plena recesión.

El Bipolo es un club de reciente creación que ha querido rescatar la tradición que en la capital alavesa siempre ha tenido el hockey hielo. Tras la desaparición del histórico Gasteiz en 2008, la ciudad se quedó huérfana de equipo, aunque parte de sus antiguos jugadores siguieron practicando el patinaje en la nueva pista de hielo de la Ciudad Deportiva Baskonia. Fue su dedicación y afición la que permitió impulsar un nuevo proyecto.

Tras una temporada de prueba, la entidad se ha marcado este año como objetivo la lucha por alguno de los dos campeonatos en juego: la Liga o la Copa. Pretende aprovechar que la crisis hace mella también en el resto de los clubes para crecer en el plano deportivo. Nunca un club de Vitoria ha ganado ningún título y conseguirlo abriría las puertas de Europa por primera vez. El respaldo de la afición parece garantizado. La pasada campaña hubo incluso que ampliar el graderío en determinados partidos.

La plantilla cuenta, en realidad, con dos guardametas, pero el salto de calidad que pretende el Bipolo requiere de una dedicación más profesional. “Queremos que la nueva incorporación entrene mañana y tarde”, explica Ruiz, quien confía en cerrar el fichaje antes de que el próximo 15 de septiembre comience la temporada. Acostumbrados a las cifras astronómicas que se manejan en deportes como el fútbol, un salario bruto de 1.000 euros mensuales puede parecer escaso para la dedicación que se exige. No lo es, sin embargo, en una modalidad en la que rara vez se acerca algún club a los 100.000 euros de presupuesto. Los jugadores, además, cobran incluso menos que los porteros. Se trata de sufragar el traslado y la residencia fuera de casa.

El pleno azote de la crisis económica, más de un candidato se pegaría por ser mileurista como portero de hockey hielo. El problema radica en la especialización del puesto. Tanta, que la búsqueda a través de Lanbide ha sido, por ahora, infructuosa. Algunos candidatos decidieron suscribirse a la misma, pero ninguno cumplía las condiciones. En el club vitoriano, sin embargo, no se desesperan, aunque solo sea por las opciones que representan otros mercados. El deporte, no en vano, ha sido uno de los sectores en los que mejor se ha aplicado la internacionalización que los gurús empresariales reclaman como herramienta frente a la recesión. “Ahora mismo, en Rusia están de moda los porteros grandes, así que los bajitos están buscando su hueco en otras Ligas”, asegura Ruiz.

La modalidad

Competición. La división de honor está formada por seis clubes: Barcelona, Bipolo, Txuri-Urdin, Jaca, Puigcerdá y Majadahonda.

Plantilla. A falta de la incorporación del nuevo guardameta, el equipo vitoriano lo conforman a día de hoy nueve jugadores: Betrán, Angles, Hernández y Zemchenko (Jaca); Brabo (Puigcerdá); y los hermanos Gavilanes, Gracia y Muñoz.

Temporada. La Liga empezará el 15 de septiembre. La pretemporada del Bipolo arranca este miércoles.

El nuevo guardameta será la referencia profesional de un equipo que se ha apuntalado con jugadores de fuera de Vitoria para aspirar a cotas deportivas más ambiciosas. Los de casa seguirán siendo el complemento ideal de la plantilla, aunque su dedicación sea menor. Tampoco cobran por ello. “Juegan a lo que les gusta y lo hacen sin tener que poner un duro de su dinero. Se les pagan los desplazamientos, el seguro, la ficha, el material...”, desvela Ruiz. Es lo que tiene el deporte no profesional. Practicarlo requiere un doble esfuerzo y encontrar a alguien dispuesto, en ocasiones, es misión imposible. Sobre todo, si es portero de hockey hielo.

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