El arte revive la fábrica
Una exposición recupera el antiguo edificio de Conservas Ormaza, en Bermeo Seis artistas de la comarca de Urbaibai presentan sus obras
El arquitecto Pedro Ispizua — autor del mercado de la Ribera o del quiosco del Arenal, en Bilbao— dejó la huella de sus proyectos de estilo racionalista en la antigua fábrica de Conservas Ormaza, entre otros edificios de Bermeo, su localidad natal. Construida en 1942, la conservera cuenta con una parte industrial, otra dedicada a oficinas y una vivienda destinada a la familia propietaria. Desde enero de 2008 el edificio, coronado por una torreta redonda que le da carácter, está fuera de uso. Ahora, las viejas instalaciones de Conservas Ormaza han vuelto a la vida con una exposición de arte contemporáneo que reune a seis creadores que trabajan dentro de la comarca de Urdaibai.
La exposición ha ocupado las tres plantas de oficinas y vivienda, sin intervenir apenas en el edificio. “Limpiamos y acondicionamos mínimamente”, explica el comisario Alberto Palomera. La historia de la vieja fábrica no le interesó para abordar un proyecto que se inscribe en el programa Urdaibaiarte, una de las iniciativas del Año de las Culturas por la Paz y la Libertad que lleva proyectos creativos a la Reserva de la Biosfera de Urdaibai.
Si los 10 proyectos de Sentido y sostenibilidad, intervenciones de artistas internacionales en distintos puntos de Urdaibai, aportan la dimensión global, la exposición de Conservas Ormaza pone el foco en el trabajo de artistas locales. Los seis creadores seleccionados viven en la zona y conocen el entorno y la forma de vida de sus habitantes.
Una serie de instalaciones ocupan tres plantas de dependencias
El recorrido por la exposición comienza con una instalación de Rober Garay que recrea un despacho de la vieja fabrica, iluminado por la luz de las velas, en el que se mezcla lo real con los seres mitológicos.
Una ventanilla de la planta baja, resto de lo que fue oficina, permite contemplar lo que queda de fábrica desde la distancia, para proteger la seguridad de los visitantes. Allí ha colocado una de sus obras, impactantes instalaciones de grandes dimensiones, José Ángel Uberuaga, Ube.
Aristide Stornelli se ha inspirado en sus viajes en tren por Urdaibai para montar el proyecto Scratching the Train, en el que mezcla vídeo y collage. Iñigo Acha cuenta una historia vinculada con las leyendas de la comarca en un vídeo, que se proyecta en una sala ambientada con olor a flores. Ibai León cuenta que sus obras parten de sus recuerdos, reelaborados en forma de carteles, vídeos y murales. O de las pegatinas que regala a los visitantes con la leyenda Izaro mundakarra da, una vieja reivindicación que descubrió en una foto de su padre de hace más de 40 años.
Al trabajo de los cinco artistas se suma en el desván del edificio una colección de fotografías de Jon Lanbroa, en las que ha querido sacar de contexto aspectos de lo cotidiano.
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