Condenado a 16 años el extrabajador de un aparcamiento que mató a un vigilante

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 16 años de prisión a un hombre por matar al vigilante de un aparcamiento de Travessera de Gràcia de Barcelona en agosto de 2008 que le sorprendió robando 300 euros de la caja.

El jurado popular declaró culpable a Alberto R., español de 40 años que se enfrentaba a 20 años de cárcel, con lo que se le ha condenado por un delito de robo con violencia y otro por homicidio con el agravante de "abuso de superioridad", según recoge la sentencia, que considera probado que el procesado fue hasta la cabina del vigilante y cogió el dinero que se solía guardar en un cajón bajo la caja registradora; lo sabía porque había trabajado allí.

Para realizar el robó se armó con un cuchillo que llegó a clavar hasta nueve veces a la víctima tras forcejear cuando esta le sorprendió "con ánimo de causarle la muerte, o al menos, consciente del riesgo que suponía". Según uno de los testigos que declaró durante el juicio que tuvo lugar el 18 de junio en la Audiencia de Barcelona, Alberto R. sabía que en agosto habría un vigilante suplente porque el habitual estaba de vacaciones, circunstancia que aprovechó para no ser reconocido.

El juez ubica al encausado en el lugar del crimen por la información aportada por una de las clientas del aparcamiento Pompeia y porque en las gafas del fallecido se encontró su sangre y ADN, el cual también se halló en sus uñas y en una colilla de porro cerca del cuerpo de la víctima. "Se cuenta con una prueba por indicios de indudable potencia acreditativa, pero, a su vez, se halla reforzada por innumerables datos de carácter incriminatorio", argumenta el tribunal en la sentencia.

De hecho, el acusado reconoció ante el juez que esa noche estuvo en el aparcamiento porque al pasar por delante de camino a su casa. Oyó "unos chillidos muy fuertes", por lo que se acercó e intentó separar a los dos supuestos agresores que se enfrentaban al vigilante. Alberto R. explicó que cayó al suelo, instante en el que le amenazaron con palabras como "sé quien eres, ojo", de manera que abandonó el lugar porque tuvo mucho miedo, una versión que el jurado no dio por válida.

Además de la pena de cárcel, el procesado deberá pagar una indemnización total de 900.000 euros a la madre y a los cinco hijos del vigilante fallecido.