Reflexiones en pulgadas

Miles de vídeos, los que componen la exposición Pantalla Global, en el Museo San Telmo de San Sebastián hasta el próximo 30 de septiembre, invitan al visitante a reflexionar sobre la relación de las personas con las pantallas del cine, la televisión, el ordenador o el teléfono móvil, las imágenes que generan y su impacto en la realidad y cotidianidad. Muchas preguntas en el aire que se multiplican con el proyecto ligado a la muestra de participación del público.

“Lo interesante es que la exposición se compone de lo que proponen los comisarios, un 50%, y de lo que la gente a su vez propone”, resume Josune Uribe, técnico del museo. Porque a través de cuestiones directas y sencillas, una por área; historia, política, deporte, publicidad, exceso vigilancia y juego, aquel que esté interesado puede enviar en un vídeo su propia reflexión.

¿No hay presente posible sin trazar una mirada al pasado? Preguntan, por ejemplo, los organizadores de la muestra, una coproducción realizada por San Telmo y el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Los participantes responden con su propio vídeo, que a su vez se incluye en la exposición. Desde comienzos de año, cuando la muestra se inauguró en el centro catalán, hasta hoy los organizadores han recibido 300 trabajos, la mayoría, unos 200, procedentes de algún punto de España y otro porcentaje importante de Hispanoamérica. En su página web se detallan todos los requisitos para participar.

Las producciones de personas anónimas se suman a la muestra

La muestra, impulsada por Gilles Lipovetsky, Jean Serroy y Andrés Hispano, alumbrada a raíz de la publicación del libro La pantalla global, se divide en ocho áreas, las siete ya mencionadas más una introducción sobre el mundo del cine, la pantalla primigenia. Junto a los vídeos producidos por los organizadores, proyectados en pantallas gigantes, en el caso de la sección historia, o en un mosaico, si el tema tratado es la publicidad, otros televisores muestran al visitante los trabajos de los participantes. Según van recibiendo los técnicos, los vídeos se van sumando creando así una exposición en constante mutación. El visitante a través de un ordenador selecciona aquel trabajo que le interese y automáticamente se proyecta.

El Museo San Telmo se ha aliado, entre otros, con el Zinemaldia, la Escuela de Cine y Vídeo de Andoain, Tabakalera y San Sebastián 2016, una colaboración unida a la de la ciudadanía que abre un interesante diálogo. Por ejemplo, un vídeo sobre el terrorismo de ETA, compite con la reflexión lanzada por los comisarios en la sección historia. El montaje oficial de la misma, después de que se hayan proyectado imágenes de guerras, atentados y catástrofes concluye con la instantánea en la que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, asiste a los detalles de la operación que acabó con Osama Bin Laden.

La mayoría de los montajes proceden de España y Latinoamérica