Botella evita imponerse una reducción de muertos por atropellos

El Ayuntamiento de Madrid, gobernado por Ana Botella (PP), ha presentado hoy un plan de seguridad vial con el que pretende reducir las víctimas de accidentes de tráfico de las 30 del año pasado a 25 a final de legislatura. La mitad de los muertos en 2011 fueron peatones; el objetivo municipal en ese sentido es menos ambicioso: que para 2015 no superen los 17 (es decir, dos más que el año pasado, aunque tres menos que en 2010). Para ello, entre otras acciones promete aumentar el número de pasos de peatones con señales luminosas (más de medio millar), y cerrar al tráfico rodado calles “representativas” de la ciudad en las mañanas de domingos y festivos, aunque sin detallar cuáles. De hecho, en las 88 páginas del plan no consta ni una sola medida concreta.

Madrid ocupa 60.430 hectáreas, de las que 4.180 corresponden a la almendra central, delimitada por la M-30. Cuenta con 3,27 millones de habitantes; el 31% de ellos vive en el centro. El parque de automóviles asciende a 1,8 millones, aunque cada día se registran 2,5 millones de viajes en vehículo privado. Hay 13 líneas de metro, que se extienden 281 kilómetros, con 233 estaciones; y 216 líneas de autobús urbano. En el área de prestación conjunta, que incluye además a otros 39 municipios, operan 15.708 taxis, con un volumen de viajeros superior a los 550.000 al día. Existen 272 kilómetros de carril bici; este medio de transporte supone el 0,6% de los desplazamientos de los madrileños.

El Ayuntamiento, gobernado entonces por el ahora ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, aprobó en 2007 un plan trienal para reducir las víctimas mortales de accidentes de tráfico. En el año 2000 se registraron 104. En 2007, fueron 57. El objetivo para 2010 era rebajar la cifra a 52, y se logró con creces: fueron 33. Se intentó además recortar el número de peatones atropellados, desde una media de 1.767 en los años 2003-2007 hasta un máximo de 1.325 en 2010. Ese objetivo no se ha alcanzado: en el último trienio, la media sólo se rebajó un 6%, hasta los 1.657 anuales.

Tampoco se logró el objetivo de reducción de heridos graves en accidentes: la media anual entre 2003 y 2007 fue de 1.000. El objetivo para los tres siguientes años era rebajarla a 750, pero en su lugar creció a 1.022. Lo que sí ha bajado es la tasa de víctimas de accidentes de tráfico por cada 1.000 habitantes, del 0,28 al 0,2 (el objetivo previsto) en el caso de muertos, y del 3,58 al 2,46 (por debajo del 2,6 previsto) en el caso de heridos graves.

En 2011 se registraron 9.084 accidentes con víctimas, en las que resultaron afectadas 12.029 personas y murieron 30 (tres menos que en el año anterior). En 2005, fallecían 6,72 personas por cada 1.000 accidentes con víctimas; el año pasado fueron 3,3. De igual forma, en 2005 fallecían el 0,5% de los afectados en un siniestro, porcentaje que se redujo a la mitad el año pasado.

Entre 2005 y 2011, el mayor descenso en la siniestralidad se ha producido en las horas nocturnas; sin embargo, uno de cada cinco accidentes se registró el año pasado entre las diez de la noche y las siete de la mañana, pese a que esa franja representa solo el 14% del tráfico diario. De igual forma, el periodo entre las seis de la tarde y las diez de la noche es en el que más víctimas se registran en relación con el volumen de tráfico, por el cansancio y las distracciones.

De los 12.029 heridos registrados en 2011 (un 11% menos que en 2005), el 61% eran conductores, el 25% pasajeros y el 14% peatones. Seis de cada diez víctimas eran hombres; por edad, el grupo más afectado fue el de 18 a 34 años. Sin embargo, se han reducido las víctimas de entre 15 y 24 años, y han aumentado las de menos de 5 años o más de 74, es decir, ancianos y niños pequeños. Los mayores son los más susceptibles de sufrir atropellos: en 2011, uno de cada tres peatones víctimas eran mayores de 60 años, mientras que en 2005 eran uno de cada cuatro.

La mayoría de accidentes son una colisión entre dos vehículos (5.000 de los 9.084 registrados en 2011), seguido de atropellos (1.551), caída de motos (776), colisiones múltiples (715) y choques contra un objeto (576). Entre 2005 y 2011, la mayor rebaja se ha registrado en vuelcos y caídas de ciclomotores, mientras que se han registrado importantes aumentos en caídas de bicicletas (de 51 a 114) y de motos (de 517 a 776).

El Ayuntamiento concluye que la más de la mitad de las víctimas mortales de accidentes en la ciudad son peatones (20 de 33, en 2010; 15 de 30, en 2011), un colectivo cada vez más vulnerable, mientras por el contrario mejoran las cifras referentes a conductores y pasajeros. Por ello, las principales medidas de su plan de seguridad vial para los próximos ochos años se centran en este colectivo. Además, se reforzarán los controles de alcoholemia (159.000 en 2011) y las campañas y cursos de seguridad vial.

El objetivo municipal es reducir el número de fallecidos en accidentes de tráfico de los 33 de 2010 a 25 en 2015 y 17 en 2020; y los peatones muertos, de 20 en 2010 a 17 en 2015 y 14 en 2020. Para ello, se compromete a reforzar la seguridad en el entorno de los centros educativos (con señales verticales y medidas de calmado en las vías; y controles de velocidad); a vigilar con más celo que los peatones no desobedezcan las reglas de tráfico; y a implantar señales luminosas para evitar atropellos (en 2010 había en 508 pasos). Además, el Ayuntamiento prevé “cerrar al tráfico motorizado viales representativos de la ciudad los domingos y festivos por la mañana”.

El Gobierno municipal no ha especificado a qué calles se refiere. El líder municipal socialista, Jaime Lissavetzky, ha instado en repetidas ocasiones y sin éxito a cerrar al tráfico el paseo de Recoletos los domingos y festivos, para ganar ese espacio al ciudadano a falta de una reforma de mayor calado (congelada por el enfrentamiento entre Comunidad y Ayuntamiento). De igual forma, Izquierda Unida ha animado a realizar peatonalizaciones baratas, con jardineras o semáforos en rojo, para compensar la falta de presupuesto para seguir con las actuaciones en ese sentido de los últimos años.