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Los insomnes toman Montjuïc

La quinta edición de la noche en blanco en la montaña ofrece 50 conciertos en una decena de escenarios

TEJEDERAS

Jóvenes, familias también recién formadas con hijos y turistas tomaron por asalto ayer noche el castillo de Montjuïc y otros espacios de la montaña en la que ya fue la quinta edición de Montjuïc de Nit, la noche blanca veraniega de Barcelona. Unas 90.000 personas pasaron la bochornosa humedad visitando los museos y oyendo música, en una actividad consolidada pero que el año que viene no tiene garantizado del todo su continuidad. “Ya veremos”, lanzó el concejal de Cultura, Jaume Ciurana.

Un gran picnic cultural a la luz de las estrellas. Con más de 50 conciertos y un puñado de museos que cerraron más allá de la medianoche, la montaña de Montjuïc celebró por tercer año su particular versión de la noche en blanco, Montjuïc de nit. Como si se tratase de un menú de desgustación de lo mejor de la escena cultural barcelonesa, la jornada sintetizó pequeños bocados de 18 de los festivales de la ciudad más importantes: desde el Sónar al San Miguel Primavera Sound pasando por el Cruïlla o el Festival de Blues de Barcelona.

Como explica Jaume Ciurana, teniente alcalde de Cultura de Ayuntamiento de Barcelona, el objetivo del evento es “que la gente conozca los festivales de la ciudad”. “La intención es que los barceloneses se acerquen a ellos en una jornada gratuita, de forma que luego se animen a asistir, explicó Ciurana. Este año además como novedad al festival se ha unido nuevos museos de la montaña de Montjuïc como la Fundación Joan Miró.

Las cifras

La quinta edición de ‘Montjuïc de Nit’ empieza a generar cifras notables como evento cultural.

90.000. Las personas que pasaron por los diversos escenarios y museos durante la convocatoria.

50. El número de conciertos de entrada libre programados por los organizadores.

18. Los festivales (BAM, Sónar, Tradicionàrius, Gràcia Territori Sonor...) de música de la ciudad que participaron con propuestas de todos los estilos.

10. Los escenarios que acogieron los diferentes conciertos en la montaña (Castillo de Montjuïc, Estadi Olímpic, Sala Oval del MNAC, Poble Espanyol, Parc dels Jardins Joan Brossa...).

8. Las horas que, de manera ininterrumpida, duró la propuesta, desde las 20 horas hasta las 4 de la madrugada. También fueron 8 las horas que funcionó un servicio gratuito de autobús.

5. Los museos y centros de arte que hicieron jornada de puertas abiertas hasta la 1 de la madrugada.

A las ocho de la tarde, y aunque todavía el día invitaba más a tomar el sol que otra cosa, en el Poble Espanyol se dio el pistoletazo de salida al maratoniano crepúsculo de actividades culturales con la actuación de Le Petit Ramon i els Nanus del Parc. Entre mucho turista despistado que se topó con el concierto, y que disfrutó de la entrada gratuita al Poble Espanyol, Esther Vega y Laureano Domene empezaron ahí su periplo por Montjuïc de nit. “Hemos venido porque conocíamos al grupo y luego iremos al MNAC y al castillo. Hay que aprovechar que es gratis”, comentó Esther.

El CaixaForum cedió su entrada al Beefeter In-Edit, un festival de documentales, donde un DJ amenizó la espera previa a la primera proyección. Fernando Etayo y Marie Rissi no dudaron incluso en aprovechar el rato para cenar y tomar algo ahí mismo, como calentamiento a un documental sobre John Stuart, un músico inglés miembro del grupo Chakk.

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En la plaza del Marqués de Foronda, cada verso valía su peso en oro y es que anoche tuvo lugar lo que ya es un clásico en las noches en blanco de Montjuïc: una batalla de gallos. Los raperos lucharon por tener la última palabra para conseguir una plaza en la batalla final que tendrá lugar en la próxima edición del festival Hipnòtik. Justo al lado, la MNAC se encontraba a rebosar de visitantes pese a haber superado en un par de horas su horario habitual de cierre. En su Sala Oval, Alberto Serra, Cati García Soler y Maribel García Soler asistieron en primera fila al concierto de María del Mar Bonet junto con el pianista Manel Camp. Para ellos “festivales como este deberían hacerse cada fin de semana, si no gratis al menos a precios populares”, aunque Alberto, pesimista, denunciaba como la subida del IVA para las actividades culturales “va a dejar al país en la miseria cultural”.

En esta edición sin embargo la crisis no ha sido un obstáculo y el festival ha contado con los mismos escenarios, diez frente a los trece de 2010, y el mismo presupuesto que la edición anterior: 600.000 euros. Sin embargo, respecto al futuro del evento, Ciurana se mostró cauteloso, debido a la actual situación económica: “Ya veremos como estamos el próximo año”, concluyó.

Ya caída la noche, se presentaban los primeros atascos en las escaleras de salida del metro mientras en la Avenida Reina Cristina cientos de personas se enfilaban hacia lo alto de la montaña. También se producían las primeras colas en las paradas de los buses que habilitó el Ayuntamiento de forma especial y que recorrían todos los escenarios. El destino mayoritario era claro: el Castillo de Montjuïc, donde tuvieron lugar los platos fuertes de la jornada. Ahí, en el Patio de Armas y en el Fossar de Santa Eulàlia del Castillo de Montjuïc esperaban algunas de las actuaciones más esperadas del festival, sólo aptas para lo más trasnochadores y donde se pudo disfrutar de una gran cantidad de estilos: el rock en euskera de Berri Txarrak, el pop electrónico The Pinker Tones o las rumbas de Achilifunk. Ayer, en Montjuïc se acostaron a mucho más allá de las cuatro.

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