“Estamos trabajando en ello”
El balance de los diez distritos de Barcelona ratifica la parálisis de la ciudad Los regidores reivindican logros en microurbanismo y en asistencia social
“Estamos trabajando en ello”. Entre las frases a las que recurren los políticos para salir del paso, esta ha sido la más común en los distritos de Barcelona en las dos últimas semanas. La crisis y el Gobierno en minoría de CiU hace que el balance de la Casa Gran esté bajo mínimos. Y cuando la cinta de medir se pasa por el barrio, el resultado no cambia, como se ha visto en la presentación de los balances de gestión de los ediles de los 10 distritos de la ciudad.
A falta de grandes proyectos, los concejales han optado por hacer un elogio del microurbanismo y de su actuación en programas sociales. Las pocas cintas de inauguración que se han cortado vienen del mandato anterior; se han puesto en marcha varios caminos escolares y se ha arriesgado expulsando a los autocares del barrio de la Sagrada Família. “Venimos del paradigma de que la actividad se mide solo con el ladrillo y no es cierto. Los medios sois crueles porque no promocionáis lo social”, se queja con amargura un alto cargo del Ayuntamiento.
En Nou Barris, el plan especial para ayudar a los desahuciados ha sido la iniciativa destacada por la regidora Irma Rognoni: “Permite la identificación de los casos y mejora de la coordinación entre los servicios”. Rognoni, sin embargo, no sabe decir cuántos desahucios ha habido en su distrito. En el caso de la isla autosuficiente de Valldaura, con oposición vecinal,su respuesta es esta: “En ello está trabajando Hàbitat Urbá”. La solución se está buscando en la plaza de Sant Jaume, un ejemplo de la recentralización que vive la ciudad, según denuncian los vecinos.
El punto de vista de la oposición
- Ciutat Vella. "Vemos un plan de acción débil, el foco está en la gestión. Las obras son de continuidad: el mercado del Born y La Gardunya", dice Sara Jaurrieta (PSC).
- Horta-Guinardó. "El plan de los Tres Turons está parado: ni se expropia ni se replantea. CiU criticó a los técnicos de barrio pero ahora tira de ellos. Hay una continuidad sin alma", dice Jordi Martí (PSC).
- Sants-Montjuïc. "Reabrir el plan de la urbanización de las vías del tren es un error. Había consenso con los vecinos. Es poner el contador en cero para algo que estaba listo", opina el edil Quim Mestre (ICV-EUiA)
- Eixample. "Hay parálisis. Los consejos sectoriales se convocaron seis meses después de posesión. Se atrevieron con los autocares del templo pero el problema se trasladó", dice Trini Capdevila, de UxB.
- Sarrià - Sant Gervasi. "No hay un mayor presupuesto para el ámbito de montaña. No hay avances en la pacificación de un trozo de Balmes", dice Óscar Ramírez (PP).
- Sant Marti. "Poca acción sobre el territorio. CiU ha recortado su programa electoral. Un caso: el antiguo cine de Pere IV. No hay concreción sobre su futuro", dice David Escudé (PSC).
- Sant Andreu. "Mucho ruido y pocas nueces. Trinitat Vella, por ejemplo. Ni se ha acabado con la droga ni se arreglan los entornos de la prisión. Los planes se hacen sin consensuar y copiando. La única respuesta: no hay dinero", dice Inma Moraleda (PSC).
- Les Corts. "No se ha tenido en cuenta que aquí también afecta la crisis. Falta exigencia a la Generalitat para tirar adelante equipamientos de discapacitados o gente mayor, como la de la calle Benavent", explica Gloria Martín (PP).
- Nou Barris. "Pérdida, paralización e inercia. Se han esfumado líneas del bus de barri y el servicio de urgencias de Guinaueta. Acuerdos que se toman en el pleno, como el campo de fútbol de Canyelles, no se respetan", dice Carmen de Andrés (PSC).
- Gràcia."CiU criticó la idea de cobrar por acceder al Parc Güell y ahora propone soluciones iguales a las del anterior gobierno. Inercia total", dice Elsa Blasco (ICV).
El caso del nuevo plan de usos de Ciutat Vella también lo demuestra. En su balance, Mercè Homs asegura estar trabajándolo desde la Casa Gran. En el anterior el plan , la batuta la llevó el distrito. La única edil que no alterna su responsabilidad en Ciutat Vella con otro alto cargo reivindica el plan de mejora de la Rambla, que por ahora se salda con el traslado de las estatuas humanas a Santa Mònica. Otros temas más variopintos también le interesan: que algunas terrazas de los entornos de la Filmoteca no vendan patatas y olivas y esto, dice, les impide despegar económicamente.
Otras cuestiones le traen sin cuidado. No le “preocupa” la llegada de la marina de lujo y sus efectos sobre el Port Vell. Los vecinos, dice, disfrutarán las bondades de la generación de riqueza. Ni una concreción sobre la sala de venopunción del Baluarte o sobre el conflicto legal con los pajareros, sus principales armas cuando estaba en la oposición. Eso sí, Homs hace una defensa acérrima de una de sus apuestas: instalar una pilona junto al Palau de la Música porque le ha cambiado la vida al barrio.
En Les Corts, Antoni Vives tiene el doble gorro de regidor y teniente de alcalde de Hábitat Urbà. Y eso le permite mimar al urbanismo. Vives ha decidido reprogramar algunas piezas de la Colonia Castells para hacer un gran clúster de atención a discapacitados, aunque supeditado a que se abra el grifo financiero. No se sabe si trabajará en que su distrito renuncie al Monasterio de Pedralbes en beneficio del de Sarrià. Vives tilda esa posibilidad de “ridícula y absurda” pero esa propuesta figura en el programa electoral que le dio la victoria a CiU. Joan Puigdollers, regidor de Sarrià, no entra en la discusión. En su distrito, el más denso en centros educativos, lo que importa son los 15 caminos escolares en los que se está trabajando. Ya ha puesto en marcha tres.
Tres días después del balance del distrito de Sant Andreu, El Periódico de Catalunya reveló que el plan integral para Trinitat Vella tiene párrafos copiados del de Campclar, en Tarragona. Raimond Blasi, el regidor, no dudó en salir a defender a su equipo por Twitter y decir que el texto solo estaba “demasiado inspirado” en el de Campclar. Su principal anuncio ha sido la revitalización del polígono del Bon Pastor, pero sin ninguna concreción sobre el coste o las fechas. Se está trabajando en ello.
Una de las decisiones más arriesgadas de este mandado ha sido la de sacar los autocares de los entornos de la Sagrada Família. Aunque el balance es agridulce, los vecinos destacan el arrojo de Gerard Ardanuy para enfrentarse al lobby turístico, algo a lo que “el PSC nunca se atrevió”. En otro tema candente, el del futuro de la prisión Modelo, el regidor tira la pelota al tejado de la Generalitat. Una vez se traslade, se empezará a trabajar en ello. Y prefiere obviar los acuerdos a los que ya se habían llegado con los vecinos.
Algo similar ocurre en Sants-Montjuïc. Jordi Martí ha reabierto el debate de la urbanización de las vías del tren, que ya tenía un consenso vecinal: “Un nuevo gobierno tiene la legitimidad para tocar lo que cree deficiente”. Y en Can Batlló, el gran logro, está pendiente de que la Generalitat diga qué hará con su nave.
Maite Fandos, en Gràcia, presentó su balance al lado de las obras de la guardería municipal de Jaén. La edil anunció otra nueva, en un edificio de la Obra Social de La Caixa, aunque no se arriesgó a decir si será pública o concertada. “También está el programa Radars para generar complicidades en el entorno del barrio para cuidar a los mayores que viven solos”, explica.
En Sant Martí, Eduard Freixedes pone el énfasis en el aumento de denuncias en los alrededores de la zona de ocio de Marina y la puesta en marcha de una mesa que estudia los asentamientos irregulares. El viernes las entidades denunciaron el inminente desalojo de dos.
En Horta, Francina Vila resalta un programa de impulso económico. Ni una palabra sobre los Tres Turons o la mejora en el palacio del marqués de Alfarras: “Son temas prioritarios pero no hay dinero. Trabajamos en ello”.
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