35 años de comunicación

Después de 22 años y medio de trabajo en El Corte Inglés, el jefe de Relaciones Externas de la empresa en el País Vasco, José Carlos Ramos, vivió ayer el último día de trabajo en su despacho de la séptima planta de los grandes almacenes de la Gran Vía de Bilbao. Hoy celebrará su 64 cumpleaños en Madrid en una reunión con los colegas de su departamento que abre las puertas a su jubilación. “Así lo establece nuestro convenio”, explicaba ayer con su voz suave y sus exquisitos modales. Y cree que el balance merece la enhorabuena. “Es una profesión que se ha adaptado a mi personalidad. He estado cómodo en este trabajo”.

Ramos ha sido la cara de El Corte Inglés ante los medios de comunicación y, en el plano interno, el responsable del marketing y promoción. “Y he hecho mucha cocina, algo de lo que nunca hablaré”, puntualizó. La discreción es un valor permanente en una profesión que ha sufrido una profunda evolución en los últimos años. “Se han incorporado profesionales con una formación académica y una forma de hacer más técnica”, añadió. Ahora ve en marcha la revolución de las nuevas tecnologías. “La figura emergente es la del profesional que maneja las herramientas de una sociedad joven interconectada”.

Antes de incorporarse a la plantilla de El Corte Inglés, Ramos ejerció la profesión en Babcock y en la Feria de Muestras de Bilbao. En total, 35 años de actividad en el campo de las relaciones públicas de empresa, de un licenciado en Económicas en Sarriko, que posteriormente estudió Marketing en Bristol. “No fue una decisión tomada por voluntad propia”, recordó. “Alguien vio en mi la posibilidad de realizar este trabajo, algo que yo no sabía”.

“He hecho mucha ‘cocina’, algo de lo que nunca hablaré”

La actividad en las relaciones externas de una empresa con más de 2.000 empleados en sus centros del País Vasco ha sido, reconoció, una posición de primera fila para disfrutar de “una etapa apasionante”. “Hemos podido colaborar con la empresa y con la sociedad y las instituciones, en temas de comercio, deporte o fiestas. Hemos tenido una responsabilidad con el entorno”, señaló. “Hemos sido testigos de una evolución social: las empresas míticas, como Altos Hornos o Babcock, ya no existen y la cultura es ahora protagonista”.

Ramos sabe que como todos los recién jubilados tendrá que tendrá que adaptarse a una nueva etapa, sin responsabilidades profesionales, con más tiempo para dedicar a sus aficiones, al deporte y la cultura, mientras encuentra un camino para encauzar una salida provechosa para los conocimientos acumulados en una vida de trabajo. Ayer a mediodía aún le quedaba pendiente una tarea antes de abandonar el despacho: “voy a recorrer el edificio desde el sótano a la séptima planta para despedirme de los compañeros”.