Otra agresión neonazi

No han pasado ni dos días desde la última detención de jóvenes neonazis por el ataque a un grupo de antifascistas en Manresa (Bages) y ayer por la tarde los Mossos d'Esquadra arrestaron a tres jóvenes ultras implicados en la agresión a varios inmigrantes de origen sudamericano y paquistaní que ocurrió la madrugada del pasado 1 de julio durante la celebración de la Eurocopa en Barcelona. Entre los arrestados hay dos menores de edad y otro mayor, Álvaro D. B., vecino de Santa Coloma de Gramenet (Barcelonès) y de nacionalidad española.

Los detenidos y alrededor de 3.000 aficionados de la selección española de fútbol, se reunieron en la plaza de Espanya el 30 de junio cuando acabó la final de la Eurocopa. Hasta las doce de la noche la fiesta trascurrió sin ningún incidente, pero llegada la madrugada, informan los Mossos d’Esquadra, un grupo de una treintena de jóvenes, que portaban banderas españolas, algunas de ellas preconstitucionales y otras que contenían símbolos célticos y neonazis, comenzaron a agredir, supuestamente, a algunos de los inmigrantes que pasaban por las inmediaciones de la plaza. A causa de los ataques, una de las víctimas tuvo que recibir asistencia médica.

En un principio ninguno de los agredidos denunció los hechos, pero los investigadores de la policía autonómica pudieron contactar con uno de ellos y, tras varios días intentando convencerle, finalmente este interpuso la denuncia contra sus supuestos agresores.

En un primer momento las víctimas no quisieron denunciar la agresión sufrida

Aquella noche, el grupo neonazi fue responsable también de otros altercados, como la quema de 14 contenedores, el lanzamiento de objetos “contundentes” contra los agentes de los Mossos y el corte del tráfico en la plaza de Espanya. La policía autonómica tuvo que desplegar a un grupo de agentes de la brigada móvil, dedicado al mantenimiento del orden público en concentraciones masivas, para dispersar al grupo radical, que antes de finalizar la fiesta de celebración quemó varias banderas catalanas.

Al parecer, los responsables de los ataques son conocidos por otros altercados del mismo tinte racista. La policía autonómica, que aún mantiene la investigación abierta, acusa a los detenidos de agresiones, xenofobia y desórdenes públicos.

El arresto de los tres jóvenes llega después de que se conocieran los detalles de una investigación que se ha saldado con 16 detenidos en Manresa, 10 de los cuales han ingresado en prisión. Todos ellos son skinheads vinculados a las aficiones radicales del Real Madrid (Cusos, facción catalana de los Ultra Sur) y del Espanyol (Brigadas Blanquiazules), y ligados también a partidos políticos de extrema derecha como Plataforma per Catalunya, Movimiento Social Republicano y Alianza Nacional.

Con anterioridad, la fiscalía desmanteló una red de distribución en torno a dos grupos de música neonazi. Esas operaciones forman parte de una línea de trabajo de la policía: ante el aumento de las acciones protagonizadas por jóvenes de extrema derecha, los Mossos han decidido atacar el problema de raíz.

Después de unos años de relativa calma, estos grupos ultras, aunque minoritarios, han retomado un nivel de actividad similar al detectado a principios de los años noventa. Entonces, la policía actuó con contundencia desde el primer momento para evitar que el globo fuera creciendo. Hoy, la estrategia parece ser la misma: golpear policialmente a estos grupos antes de que se hagan más fuertes.

La información que han recopilado durante años sobre estos movimientos ha permitido a los grupos operativos policiales asestarles ahora importantes golpes y evitar que algunas agresiones y actos de violencia queden impunes.