“Crecí escuchando a Paco de Lucía y maravillándome”
El músico y productor brasileño Ze Ricardo actúa mañana en la sala El Junco
A su padre le gustaba mucho la música. Tocaba guitarra y bajo, pero siempre puertas adentro, sin más pretensión que la de pasar un buen rato. Cuando estaba en casa sonaban Djavan y clásicos de bossa nova y samba. Cuando se quedaba con su madre afloraban Nat King Cole y Ray Charles. Así se crió Zé Ricardo, acostumbrado a la mezcla y al desafío como caminos permanentes. Mañana, el músico y productor artístico brasileño presentará su cuarto disco en El Junco. Varios en uno, así se llama, es tal vez el reflejo más elocuente de su forma de entender y transitar la música.
El disco combina sambas tradicionales pero “con elementos modernos” con los que busca “provocar a los conservadores” del género, según admite el propio Zé Ricardo, con funk, jazz, soul y retazos de música electrónica. La guitarra de siempre convive con loops y batería acústica, los acordes para entendidos con una canción que se convirtió en tema insignia de una novela brasileña que cada noche ven 60 millones de personas. Todo junto. O varios en uno.
A los 42 años Zé Ricardo sigue siendo fruto de una mezcla. Supo que quería dedicarse a la música en 1985 cuando subió a un autobús para no perderse el primer Rock in Río. Hasta entonces, repartía el tiempo entre la escuela, el trabajo en un banco para pagarse los estudios, la guitarra y las canciones que había empezado a componer a los ocho años. Todavía hoy se le eriza la piel cuando recuerda que en aquella mítica cita de iniciación, en su Río natal, escuchó en vivo a Queen, White Snake y Ozzy Osbourne. Fue el comienzo de una larga relación. Volvería muchas veces al Rock in Río: primero como espectador, después como cantante y, desde 2008, como director artístico. Otra combinación.
Mi último disco se llama ‘Varios en uno’ porque así es como me siento
“Mi último disco se llama Varios en uno porque así es como me siento. Además de cantante, soy director artístico, soy padre, soy amigo, soy muchas cosas. Cuando entendí que tenía que hacer las cosas con dedicación pero sin agobiarme, dedicándome al 100% a lo que toca en cada momento, supe que mis vidas se complementan perfectamente”, explica. A su alrededor, los ejemplos parecen confirmarlo. Llegó a Madrid hace 12 días para ver el Rock in Río y para acompañar a uno de los organizadores, que también es su representante. Descubrió Black Mamba, la banda con la que tocará mañana en El Junco, durante un viaje a Portugal y los invitó a tocar en la última edición del Rock in Río Lisboa. Más mezclas.
Conoció Madrid hace solo dos años. Admite que se siente “un observador” y no parte de ella, pero enseguida afirma que presentar su último disco aquí es “un sueño”. Es que el vínculo que lo une a la ciudad lo acompaña desde siempre. “Crecí escuchando a Paco De Lucía y maravillándome con su manera de tocar. Siempre que un amigo venía de España traía una guitarra e íbamos todos a su casa a tocar. Desde pequeño supe la dirección de una tienda de instrumentos en el 8 de la calle de la Paz y pensaba “cuando vaya a Madrid…”. Finalmente, vine en 2010 y compré una”, recuerda risueño. Desde entonces, siempre que vuelve se hospeda en el mismo hotel de la calle Goya. Casi todas las noches, ya de madrugada, sale a caminar solo. Los pasos lo llevan hasta Gran Vía, ahí donde se vuelve Princesa. Muchas veces regresa con melodías. Algunas se convierten en canción. Otras se pierden. Zé Ricardo sigue probando. O saliendo de sí mismo a través de la música, como prefiere ponerlo. “Quien de dentro de sí no sale morirá sin amar a nadie”, le recuerda Vinicius.
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