Eduard Punset cae en las redes del teatro, y viceversa
La ópera cuántica ‘Viatges’ reúne al divulgador, a Ferran Audi y a Sanchis Sinisterra
“Hay vida antes de la muerte”, señala ese impenitente optimista que es Eduard Punset. El espectáculo teatral Viatges, inspirado en sus libros, especialmente en el último, Viaje al optimismo (Destino, 2011), se estrena el domingo en la sala Ovidi Montllor del Mercat de les Flors y constata, según dijo ayer en la presentación del mismo, esa afirmación. “Pensábamos, hurgábamos inútilmente en lo que hay después de la muerte, cuando tendríamos que habernos interesado más por la vida”, reflexionó el popular divulgador científico, refiriéndose, se supone, a la humanidad. En Viatges, que convierte en teatro algunas ideas de Punset, “ vemos que hay vida antes de la muerte y vale la pena vivirla y explorar todos los universos a nuestra disposición”.
En la obra, una “ópera cuántica” con dirección de Ferran Audi y dramaturgia de José Sanchis Sinisterra —acuñador del término—, seducidos ambos por Punset (está uno tentado de decir que han caído en sus redes), ocho personajes inspirados en las ideas del divulgador, entre ellos un joven insatisfecho con su trabajo y un taxista que ha descubierto que ganar la lotería no proporciona la felicidad, se ven propulsados a una especie de portal “multiversal” que les permite viajar a universos paralelos para explorarse a sí mismos en realidades alternativas. La mezcla que tiene el asunto de ciencia ficción y filosofía la expresó certeramente Audi ayer con su camiseta: en ella figuraba estampado Mister Spock con la mano extendida en el célebre saludo vulcaniano (live long and prosper). El director abogó por llevar al teatro las aportaciones que han hecho la ciencia ficción y la fantasía a la divulgación de la ciencia. “El teatro es la máquina multiversal [que te puede llevar por los diferentes multiuniversos] por excelencia”, meditó con aire de personaje de Guía del autoestopista galáctico.
Viatges, parte del festival Grec, se presenta como comedia con elementos de ciencia (los personajes viajan a través de agujeros de gusano, atajos espaciales), teatro del absurdo, danza y audiovisual, y posee una proyección en la radio, en Internet y en las redes sociales. “Es muy interesante sacudir, conmover, to shake”, apuntó Punset. “Desmontar principios reconocidos y aceptados durante siglos”. Escuchar a Punset tiene algo de oír a Mr. Chance, el jardinero de Kosinski, interpretado por Peter Sellers en la gran pantalla. Todo parece de trascendental sencillez o de campechana metafísica. Ayer consideró “muy bonita” la “irrupción de la ciencia en la cultura popular”, un acontecimiento que juzgó como “el más importante que está pasando desde que el hombre es hombre y la mujer es mujer”.
Respecto a la atribución de Viatges al innovador género de la “ópera cuántica”, iniciado por Sanchis Sinisterra con Perdida en los Apalaches (1990), recalcó la importancia de la cuántica como una lógica que va más allá de la clásica, integra las anomalías y acepta la incertidumbre. “En la cuántica todo es discutible y se supera el dogma”, dijo Punset, que abogó por la “incerteza” y la “irreverencia”.
Preguntado por su relación personal con el teatro y sus autores favoritos, Punset salió por peteneras. “Soy de una generación que ha visto poco teatro bueno, estábamos haciendo otras cosas, como viajar”. En pura lógica cuántica añadió: En cine creo que he visto Blade Runner y poco más”.
Del hombre armado a las cabras
Aprovechando el tirón mediático de Punset, el director del Grec, Ramon Simó, montó ayer una maratoniana conferencia de prensa que incluyó ¡ocho espectáculos!, los que se verán a lo largo de la semana. Muy interesante parece L’home armat (anfiteatro, viernes), una pieza musical compuesta por el galés Karl Jenkins encargada con motivo del segundo milenario de las Royal Armouries de Leeds, Gran Bretaña. En vez de una cosa belicosa, lo que creó Jenkins es una misa por la paz con textos sagrados y laicos, entre ellos de Tennyson, Kipling y el Mahabharata. Interpretan la Banda Municipal de Barcelona y la Coral Carmina, y dirige Salvador Brotons. El miércoles la Coral Cantiga celebra su 50º aniversario en el mismo anfiteatro.
En el Mercat de les Flors, hoy y mañana, una versión deconstruida del mito de Don Juan y de la ópera de Mozart, Don Giovanni. Keine pause, que llega con muy buenas referencias. El jueves, en la carpa de la plaza de Margarida Xirgu, actuará el crooner y latin lover (“qué pena que entre tanta gente este no haya venido”, se lamentó una periodista) Jerôme LaVoix, del que se rumorea un affaire con una cabra. Ovejas y no cabras, pero recias, islandesas, son las protagonistas de Kindur, preciosa aventura multimedia para niños, hoy y mañana en el Mercat. En teatro, Zero, de Pep Pla y Albert Boronat (de jueves a domingo, Espai Lliure), reflexión sobre la vejez basada en La balada de Narayama. Y en danza, Full evening, en el Mercat (días 11, 12 y 13), que permite escoger la música.
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