_
_
_
_
_

Terrazas y refugios ‘caninos’

El actor recoge mañana un premio de la crítica valenciana por ‘Cinco metros cuadrados’ Nos pasea por su barrio en compañía de sus dos perros y muchos amigos

Fernando Tejero, en los Jardines de Sabatini.
Fernando Tejero, en los Jardines de Sabatini.SAMUEL SÁNCHEZ

1. Lavapiés. Este barrio castizo fue mi primer escenario en Madrid. Me gusta hacer un viaje en el tiempo por sus calles y volver a mis años de aprendizaje en la escuela de mi primera maestra, Cristina Rota. También allí tomé mis primeras copas y se gestaron mis primeras amistades madrileñas, como la de Alberto San Juan, mi hermano. Acabé viviendo aquí y siendo vecino del maestro Sabina, hoy amigo... Jamás lo habría imaginado.

2. Jardines de Sabatini. Me encanta pasear con mis perros por este parque, junto al Palacio Real, cerca de donde vivo. Aparte de los garbeos caninos, me sirve para leer, estudiar, hacer deporte y hasta de escenario imaginario. Es espectacular para los grandes conciertos en los Veranos de la Villa. No pienso perderme, entre otros, el de Estrella Morente (Bailén, 9).

3. Caripen. Es uno de los restaurantes que más frecuento. En su día fue un tablao de la gran Lola Flores y me habría encantado participar en una de sus fiestas con Camarón. Cocinan de maravilla y recomiendo sus mejillones de roca con una salsa muy especial, creación de la casa. (Marina Española, 4).

Un cordobés en Lavapiés

Fernando Tejero (Córdoba, 1967) aterrizó en Lavapiés para formarse como actor y hoy el centro de la capital es su casa. Pero solo puede recorrerlo los huecos que le dejan compromisos como el rodaje de su aparición en ‘La que se avecina’.

4. Carbones, 13. Hace aproximadamente un siglo fue una carbonería. Hoy es un local de agradable estancia y cócteles estupendos, sobre todo sus gin tonic. Me reúno allí con grandes amigos, como su dueño, Marco Martínez, que es actor y que, junto con la cercanía del lugar al Teatro Español, atrae a mucha gente de la profesión. (Manuel Fernández y González, 13)

5. Alambique. Soy un gran amante de la cocina, por eso me gusta tanto esta maravillosa tienda de utensilios. Tienen lo inimaginable, yo me vuelvo loco y me lo llevaría todo. Dentro hay una cocina industrial donde se imparten cursos culinarios de todo tipo. (Encarnación, 2)

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

6. La Real. Esta floristería de los Austrias parece sacada de la película Amelie. Soy amante de las plantas y descubrí esta joyita gracias a mi amiga Lola Dueñas, clienta asidua. No puedo pasar sin comprar, mirar o al menos oler. (Independencia, 1)

7. Templo de Debod. De los lugares más bonitos de la ciudad. Adentrarte en sus jardines es escapar un rato del cemento, del tráfico, del agobio en definitiva. La panorámica de Madrid es brutal y la historia del templo, alucinante. (Pintor Rosales, 2)

8. Terraza Atenas. En medio del parque Atenas está este garito que no me puede gustar más. El Ayuntamiento lo cerró y por fortuna este año lo han vuelto a abrir y por más fortuna aun, para mí, regentado también por mi amigo Marco Martinez. Me pueden dar las tantas de la madrugada con amigos mientras miro a mis perros jugando por allí. (Segovia, s/n)

9. Albergue animal Las Nieves. Lo descubrí porque una integrante de la asociación me pidió colaborar en un calendario solidario. Hacen una labor extraordinaria, los perros están muy bien cuidados, pero necesitan dueños adoptivos. (Casarrubios del Monte)

10. Cine de verano de La Bombilla. Me recuerda a mi infancia en Córdoba, porque desde la ventana de mi casa se veía una pantalla y yo seguía todas las películas. En Madrid no hay muchos, pero este es un clásico. En estos días mi amiguísima Maria León y su hermano Paco han estrenado su Carmina o revienta. (Valladolid, 1).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_