Música a la luz de la antorchas
El festival de Villaviciosa de Odón propone música de cámara “sin etiquetas” en seis conciertos gratuitos en el Coliseo de la Cultura
La programación musical se dispersa en verano: sale de la capital y llega hasta los pueblos y ciudades de la Comunidad de Madrid. Clásicos en Verano o el festival estival de San Lorenzo de El Escorial son ejemplos de que julio y agosto son meses para la música clásica. A esa programación se suma desde esta noche el festival de Villaviciosa de Odón, una serie de cinco conciertos programados por el pianista Mario Prisuelos y que llevan la música de cámara al Coliseo de la Cultura.
"Vi que en Villaviciosa tenían un espacio sin aprovechar maravilloso para celebrar un festival de música de cámara al aire libre", dice el pianista, y por ello convirtió lo que de día es un anodino patio moderno y desangelado en un auditorio al aire libre con antorchas iluminando el recinto. "El festival tiene una línea variada dirigida a todo tipo de públicos, sin entrar en la especialización, huyendo de cualquier tipo de elitismo. Buena música en un entorno agradable con el manto de estrellas como techo", comenta.
Mario Prisuelos ha recorrido medio mundo con su piano de concierto en concierto, pero hace cinco años se le ocurrió que debía devolverle a su ciudad natal, Villaviciosa de Odón, todo lo que le había aportado. Por ello comenzó a idear un festival de música veraniego con el apoyo del consistorio en el que la entrada fuera gratuita. La boca se le llena de entusiasmo cuando dice que el año pasado los conciertos registraron un lleno casi absoluto, y parece tener la receta para que siga siendo así en esta edición. "Se ha buscado más la calidad que el número de conciertos. Que sean menos programas pero con artistas de primer nivel, y que tampoco tengan una duración excesiva. Cada concierto ronda la hora de duración", explica.
Por el patio del Coliseo pasarán la pianista Rosa Torres Pardo y el Cuarteto Bretón, que ya estuvieron hace unas semanas en el Festival de Música Antigua de Aranjuez; la también pianista Helena de Andrade con un programa de música de compositores brasileños como Villa-Lobos o el mismo Prisuelos acompañado del violonchelista Guillermo Pastrana haciendo un recorrido por la historia de la música desde Bach a Messiaen. Como cierre, una auténtica fiesta: el grupo Neopercusión. "Van a armar una tremenda, hacen de todo de cualquier estilo, y van a ir de obras de Piazzolla a partituras de Takemitsu", comenta el director.
Pero este año han querido hacer un concierto distinto dentro del ciclo, y han incluido el flamenco. "Queríamos hacer un guiño al folclore español. Y hemos programado un concierto de flamenco, pero no de ese flamenco descafeinado, flamenco fusión, sino del flamenco que enamoró a Manuel de Falla y a Lorca, con raíz y con pasión", explica sobre el recital de la cantaora Montse Cortés, que ha acompañado a figuras como Sara Baras, Joaquín Cortés o Paco de Lucía, y que ha llegado a estar nominada a los Grammy Latinos.
En cuanto al público, Prisuelos está satisfecho. "El público aquí no viene a un concierto solo, se acerca a dos o tres. Es un público fiel desde la primera edición", argumenta, destacando la presencia de cada vez más público joven. "En Villaviciosa hay muchos universitarios y se dejan caer por el Coliseo. También ayuda que en estos conciertos la gente se siente muy cerca de los intérpretes", explica. Esa cercanía es fruto de quitarle hierro a la música clásica, sacarla de la cárcel en la que a veces se convierten las salas de concierto, imitar un modelo europeo y muy veraniego de ir a escuchar música después de una buena cena. "Cuando he estado en Alemania y Austria, se organizan conciertos en casas grandes o en salones, sin etiquetas. Ojalá eso existiera aquí", sentencia.
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