Currás se aleja de la herencia urbanística de Conde Roa

La recalificación de la Finca do Espiño, en un lugar privilegiado de Santiago, fue la propuesta estrella en urbanismo del corto mandato de Gerardo Conde Roa, del PP, en Santiago. Después de tomar las riendas del Ayuntamiento, Ángel Currás ha decidido desmarcarse de parte de una decisión polémica, por la que arreciaron las denuncias de especulación urbanística de la oposición. Currás reclamará a la promotora catalana Layetana que pague los 2,2 millones para la rehabilitación del palacete y la finca —que encargará el Gobierno local y no hará la propia empresa— como obliga una sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), adelantó La Voz de Galicia. El cambio del uso de suelo —de edificio residencial y público para un geriátrico pasó a pisos privados— que permitió Conde Roa, sin embargo, no se ha modificado. Las obras de la finca se licitarán al final del verano, una vez que se aprueben los presupuestos.

El conflicto entre empresa y Ayuntamiento se produjo cuando el anterior gobierno de PSOE y BNG se negó a dar la licencia de construcción porque el geriátrico no cumplía con el requisito de edificio público. Entonces, Layetana no quiso pagar los 2,2 millones que acordó con el Ayuntamiento para rehabilitar el pazo y la finca que se iban a abrir al público. El asunto terminó en el TSXG, que en febrero de 2011 cerró definitivamente el asunto desestimando un recurso de Layetana.