Josele Santiago: "Volvemos porque el trabajo es digno”
Los Enemigos actúan esta noche en el festival derrame rock de Ourense
“Lo llaman crisis, pero todos sabíamos que nuestro sitio nunca estuvo en el paraíso. Somos las razas de Caín y tenemos hambre. Somos Los Enemigos y hemos vuelto”. Podrían empezar por Razas de Caín — “desde el fango, parias, resucitad”—, préstamo de Baudelaire contra el terrorismo financiero, pero la banda madrileña Los Enemigos vuelve ahora, diez años después del último recopilatorio, y los conciertos empiezan por John Wayne.
El tercero de la pequeña gira de regreso, tras Madrid y Vilagarcía, es hoy en Ourense, último día del Derrame Rock. El cantante y guitarrista de Los Enemigos, Josele Santiago, resume la pregunta de rigor: “Que por qué volvemos? Por trabajo. Digno, quiero decir. Tenemos un repertorio plenamente vigente que está de puta madre; si teníamos inquietudes por resolver, ya hemos tenido tiempo de hacerlo”. En realidad, pese a los proyectos que mantienen el bajista Fino Oyonarte (Clovis) o el propio Josele, festivales y promotores les repetían el soniquete desde hace años. “Primero vamos a juntarnos a ver si funciona, que ahora le llaman gira a cualquier cosa”, precisa.
No se sienten más en sincronía con la escena de 1986 que con la de ahora, si bien entonces resistía Burning —Los Enemigos participaron en homenajes tanto a Pepe Risi como a Poch, de Derribos Arias— y no hacían falta versiones de Pereza —“no, no me gustan”—. Desde la letanía enemiga, una especie de humildad roquera tomada del blues, sin presumir de marginalidad, Josele desempolva el catálogo de pretensiones: “Nunca hemos estado ligados a ninguna corriente, se trataba de hacer unas cuantas canciones viscerales”.
Derrame Rock
En la caja Desde el jergón (Warner), recién editada para el regreso, más de noventa temas de Los Enemigos en cinco cedés. No es que haya un repunte roquero, dice: “El problema no es de creatividad, sino de que somos agarrados; no vas a un bolo si no te invitan, pero para porros siempre hay”, apura como síntesis. “Antes y ahora están Los Deltonos o Los Marañones… Y grupos de Barcelona como Very Pomelo. Si no les hace caso ni Dios, ese problema también lo había antes”.
Con los autores de La vida mata (1990), pista grande de lo que pudiera ser un rock en castellano, el Derrame se salda con más de 40 bandas en tres días. Hoy comparecen también Bad Manners, Rosendo, Reincidentes, Manolo Kabezabolo o Heredeiros da Crus.
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