IU escenifica su división con dos votos en contra del plan de ajuste
El PCA de Sevilla llamó a sus diputados para que se opusieran a los recortes
“Ese camino ya está trazado y no quiero hablar más de una cuestión que está perfectamente superada”. Diego Valderas, vicepresidente de la Junta y coordinador andaluz de IU, despachó el miércoles por la mañana con esta frase una pregunta sobre el malestar que ha generado en el seno de su organización el plan de ajuste aprobado por el Consejo de Gobierno, que incluye severos recortes salariales. Sin embargo, por la tarde, en el debate en el Parlamento para convalidar el decreto, dos de los 12 miembros de su grupo —el líder de la CUT Juan Manuel Sánchez Gordillo y la diputada por Sevilla Marina Segura— rompieron la disciplina y votaron en contra.
El decreto salió adelante por el apoyo del PSOE y los otros 10 diputados izquierdistas, con el rechazo de plano de los populares, quienes se emplearon a fondo en resaltar las contradicciones entre el discurso de IU y su práctica en el Gobierno andaluz, sabedores del desgaste interno que supone para esta fuerza política verse enfrentada a los trabajadores. Porque a las puertas de la Cámara autónoma se habían apostado, desafiando el calor, cientos de funcionarios para protestar por la nueva merma de sus sueldos. Unas movilizaciones que también apoyan los sindicatos de clase, CC OO y UGT, aunque la mayoría de los concentrados eran de centrales de la función pública.
Valderas había conseguido frenar el lunes la rebelión de la militancia que se estaba gestando en IU. Convocó prácticamente sobre la marcha una reunión de la ejecutiva andaluza, después de que varias agrupaciones provinciales y locales emitieran resoluciones disconformes con el plan de ajuste, y el descontento empezara a trascender a la opinión pública. Tras una intensa discusión, la dirección aprobó por 23 votos a favor, cuatro negativos y tres abstenciones dejar pasar el plan y centrar los esfuerzos en los presupuestos andaluces de 2013.
El asunto, por tanto, como dijo por la mañana Valderas, se consideraba zanjado, pero la ejecutiva provincial del PCA celebró un encuentro de urgencia horas antes del pleno y acordó pedir “a las y los parlamentarios de IU miembros del PCA y, en especial, a la camarada Marina Segura, su voto en contra al decreto”. La justificación: “Por lealtad al programa electoral y al discurso defendidos ante los trabajadores y ciudadanos en general”. En una nota, el PCA sevillano recuerda los pronunciamientos de este partido refractarios a los recortes en el ámbito provincial, andaluz y federal. Marina Segura, finalmente, votó que no, si bien fuentes izquierdistas denunciaron presiones hacia la diputada y vincularon el rechazo a estrategias internas para ganar cuota de poder dentro de IU.
El secretario provincial del PCA, Juan de Dios Villanueva, que es también vicesecretario regional de esta formación, explicó que la resolución de la ejecutiva de IU hablaba de “dejar pasar el plan de ajuste”, una premisa, señaló, que se respetaba si se votaba de forma negativa a los recortes y afirmativa al punto que planteaba tramitar el decreto como proyecto de ley, que concitó la unanimidad del pleno.
Se da la circunstancia de que Villanueva —quien el domingo colgó en la web de su partido un artículo en el que defendía que IU no estaba obligada aceptar el plan de ajuste— apoyó el lunes en la ejecutiva andaluza la resolución de Diego Valderas.
El mismo coordinador señaló al término del debate parlamentario que se sentía muy satisfecho por el resultado ya que, en su opinión, se había atendido la resolución que él había abanderado: “Lo demás son juegos florales”. Diego Valderas había enviado una carta a los militantes el fin de semana pasado en el que dibujaba una escenario sin retorno en el caso de que se rechazara la convalidación del plan de ajuste en la Cámara. “Supondría la caída del Gobierno andaluz y que se convoquen elecciones anticipadas”, sostiene en la misiva.
En lo que respecta al debate parlamentario, los oradores repitieron los argumentos que han venido desgranando en las últimas semanas. La consejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo, insistió en que los recortes están condicionados por el cumplimiento del déficit, que es “injusto, insolidario y desproporcionado”, también en lo que se refiere al reparto del esfuerzo entre la Administración del Estado y las comunidades autónomas. Martínez Aguayo reiteró igualmente que sin crecimiento ningún país va a poder sanear sus cuentas: “Impulsar el crecimiento es determinante para poder solucionar nuestro principal problema, que es el desempleo”.
El izquierdista Ignacio García y el socialista José Caballos cargaron las tintas sobre la política del Gobierno central. “Rajoy sí tiene márgenes de maniobra para evitar recortes que no tiene Andalucía, pero no los quiere utilizar”, dijo García. “A Andalucía se le ha impuesto un castigo tan injustificado como injusto, porque del total del ajuste a todas las autonomías, esta tiene que poner más del 20%, cuando es la comunidad con menos deuda por habitante”, señaló Caballos.
El popular Carlos Rojas calificó el plan como el “ataque más furibundo contra lo público que se ha producido nunca”. “Es consecuencia de décadas de despilfarro. Se han dedicado a crear una estructura mastodóntica de la Junta, y en lugar de hacer reformas, ahora dejan el sacrificio a los ciudadanos”, aseveró.
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