Las miradas de Txingurri

Ernesto Valverde (Viandar de la Vera, Cáceres, 1964) se ha pasado media vida con un balón entre los pies y una cámara de fotos en las manos. El fútbol, primero como jugador y ahora como entrenador, es su profesión y, en paralelo, la fotografía, su gran afición. Medio tiempo (editorial La Fábrica), un título de evocación futbolística, es su primer libro de fotografía, con una colección de imágenes en blanco y negro, tomadas en los últimos ochos años, en los que su trabajo le ha llevado de Bilbao a Barcelona, Vila-real y Atenas.

En el libro están las fotografías de los hinchas del Olympiacos, el equipo que entrenó tres temporadas, quemando bengalas, paisajes tomadas desde el interior del coche, retratos, templos griegos y escenas urbanas.

El escritor Bernardo Atxaga defendió ayer en la presentación en Bilbao del libro que cada modo de vida implica una salida a la creatividad. La de Ernesto Valverde, Txingurri, se vio determinada por la inestabilidad del fútbol profesional, el ajetreo de los viajes y la presión en cortos espacios de tiempo. “Es un oficio extraño al que la fotografía se adapta bien, captando el instante”, destacó Atxaga. La mayoría de las imágenes fueron realizadas en los viajes como entrenador.

El camino de Valverde en la fotografía comenzó con el fútbol: con el primer sueldo en el Alavés pagó una buena cámara de fotos que un amigo le compró en Canarias. En los años que jugó en Barcelona, Valverde aprendió los recursos técnicos en el Instituto de Estudios Fotográficos de Cataluña, mientras imaginaba que su destino profesional podía llegar por el camino de la fotografía cuando abandonara la competición. Pero el fútbol ganó a la fotografía, y el blanco y negro al color. “Me siento más cómodo trabajando en blanco y negro. Es el misterio de ver la realidad en color y las fotos en blanco y negro”, explicó.

“Son al mismo tiempo delicadas y duras”, asegura el escritor Bernardo Atxaga

Para Atxaga, las fotografías de Valverde son al mismo tiempo delicadas y duras, “como si estuvieran hechas por dos manos: una japonesa que vela por los paisajes, y una alemana que se encarga de los retratos”.

Las imágenes de Medio tiempo se han presentado en una exposición que estará abierta al público hasta finales de junio en la galería Ileana Tounta, en Atenas, la ciudad en la que ha vivido los dos últimos años en su destino de entrenador del Olympiacos, y que ha despedido con el título de campeón de la Copa de Grecia.

Ha dejado el club, pero no ha olvidado a los griegos. Valverde ha querido destinar los beneficios que generen las ventas a las entidades dedicadas a ayudar a personas afectadas por la crisis en Grecia. “El libro cierra mi etapa en Grecia, una experiencia que ha superado mis expectativas”, reconoció. Se ha sentido bien tratado y querido. “Para alguien que se fija en la luz, Grecia es muy especial”, dijo.