La Xunta aportará 6 de los 9 millones anuales del Gaiás

La Cidade da Cultura potenciará las industrias culturales para que repercutan en el crecimiento económico y aumentará sus ingresos privados. Así lo avanzaron la pasada semana tanto el presidente Feijóo, como el conselleiro de Cultura, Jesús Vázquez. Pero una vez desvelado el documento, se constata que los fondos públicos autonómicos seguirán siendo el principal alimento del Gaiás y rondarán los 6 millones de euros en un año tipo (el 66% del coste de mantenimiento y programación del complejo), frente a la cifra de 4,5 millones que había avanzado la Xunta.

El plan que hoy expondrá el conselleiro en el Parlamento tiene como periodo de aplicación el 2012-2020 y fija en 2015 su primer año de funcionamiento ordinario. En ese ejercicio, sin tener en cuenta la posible reanudación de las obras, paralizadas hasta 2014, el complejo necesitará 8,9 millones para funcionar: la mitad, 4,5 millones, irá a programación cultural, 2,8 millones a mantenimiento, 756.000 euros a salarios (sus trabajadores pasan de 13 a 37) y 850.000 a programas de innovación y emprendimiento cultural.

En el apartado de ingresos, la Xunta dijo que la aportación pública se limitaría a 4,5 millones, cantidad equivalente al coste de la programación cultural y similar a lo que gasta ahora por ese mismo concepto. Pero la cifra asciende a 6 millones si se tiene en cuenta que la Xunta pagará un alquiler de 350.000 euros por los espacios que ocuparán sus unidades administrativas y su centro informático. Y, fundamentalmente, porque el Gobierno gallego no tiene en cuenta los dos millones anuales, la mitad públicos, que aportará la Fundación Gaiás, creada en 2009 con 11,3 millones de la Xunta y 11,7 de patrocinadores privados, y que a ese ritmo se quedará sin fondos en diez años.

Los otros ingresos previstos son 900.000 euros por venta de entradas, 450.000 por patrocinios puntuales, 512.820 por alquileres a empresas privadas y 122.400 por tasas y alquileres de los creadores y usuarios del vivero de empresas culturales que recibirán allí apoyo institucional. También se mencionan los beneficios intangibles para la “marca país” que dará el complejo y se apela a unas hipotéticas colaboraciones europea y estatal, similar esta última a la que pretendía en su momento el ex presidente Touriño y que nunca se concretó.

El documento apuesta por la conexión del complejo con la AP-9

El plan detalla que los interesados en participar en el programa de creación cultural con asesoramiento y promoción a cargo del complejo aportarán “80 euros mes por cada puesto de coworking”, estimados en 75. O que diez empresas podrán ocupar el vivero de industrias culturales pagando seis euros por metro cuadrado. Más ambiguo es el uso que tendrá el nuevo Centro de Innovación Cultural. El plan estratégico —250 páginas, aunque con párrafos repetidos— detalla una treintena de objetivos, como alcanzar en 2015 los 500.000 visitantes, formar in situ a 1.200 profesionales, atraer un 5% de los peregrinos que llegan a Santiago e incluso que la futura zona verde del complejo sea usada por 100.000 excursionistas. El plan también busca soluciones para los accesos. Apuesta por la conexión con la autopista, pero también por las rutas a pie y en bicicleta pese a admitir una inclinación mínima del 5%. Y juega con la ambigüedad de recordar que se planteó un posible teleférico, pero sin apostar por él ni descartarlo.