Secuelas de un drama

Rafael Bretón, tío paterno de Ruth y José, los niños desaparecidos en Córdoba el pasado 8 de octubre, ha presentado dos denuncias y ha pedido una orden de alejamiento contra familiares y allegados de la madre de los pequeños, Ruth Ortiz, que han mantenido diversas concentraciones frente a su casa, acusándole de conocer detalles acerca del caso, que no habría contado ni al juez ni a la policía. Tanto Rafael como su hermana Catalina han comparecido como testigos ante el juez instructor que investiga la desaparición de sus sobrinos, pero no han sido acusados ni imputados por ningún delito.

El padre de los pequeños y hermano de Rafael, José Bretón, permanece en prisión preventiva desde el 21 de octubre, procesado por la desaparición forzosa de sus hijos. Sobre él se acaba de abrir una causa separada para investigar posibles malos tratos hacia su hijo José.

El abogado de Rafael Bretón, Simón Fernández, ha remitido una carta a la subdelegada del Gobierno en Sevilla, Felisa Panadero, quejándose de que autorizase una de estas concentraciones frente a la casa de su defendido, en Tomares (Sevilla), a pesar de que ya había presentado denuncias ante la Guardia Civil y en los juzgados de Sevilla. En su escrito a la subdelegada del Gobierno, el letrado lamenta la actuación de la Guardia Civil en los hechos. El abogado critica la pasividad con la que a su juicio se ha actuado hasta ahora, permitiendo que se prolongue la presión sobre la familia de Rafael Bretón.

Sin embargo, lo que Fernández considera más hiriente es que la última de estas concentraciones, ocurrida el pasado martes, contase con la autorización de la Subdelegación del Gobierno, a pesar de las dos denuncias previas ya presentadas.

En su carta, el letrado resalta que el informe que la Guardia Civil omitió para dar legalidad a esta concentración “la existencia de una denuncia el 30 de mayo [presentada por Rafael Bretón ante el instituto armado, después de una manifestación frente a su casa]”. Además, el abogado se queja de que la Guardia Civil también tenía constancia de una segunda denuncia presentada por Bretón el pasado 8 de junio y tramitada por el Juzgado de Instrucción 5 de Sevilla.

El hostigamiento denunciado por Rafael Bretón —que ya fue patente en la puerta de Audiencia de Córdoba las dos veces que ha comparecido— lo sufre desde hace meses en su propia residencia de Tomares, a las afueras de Sevilla, donde vive con su esposa y sus tres hijos, de entre uno y seis años. Rafael Bretón afirma que la persecución se extiende también “hasta la propia guardería” donde van sus hijos, víctimas involuntarios del drama que vive su familia.

La presión, señala, consiste en pegadas de carteles con las caras de sus sobrinos, gritos, insultos y amenazas por megafonía, así como a la presencia —siempre coincidente— de medios televisivos nacionales que registran estas escenas. La familia, recogen las denuncias, “tienen miedo de salir a la calle y sufrir una agresión”. Rafael Bretón ha pedido que se dé cuenta de estos hechos a la Fiscalía de Menores de Sevilla “por la agresión que estos hechos suponen para la integridad física y moral de sus hijos”.