Las estatuas humanas de la Rambla critican el ‘casting’
Desde este lunes ocupan la zona de Santa Mònica. “Los artistas están quietos, con una foto basta”, justifica la regidora Homs.
Solo el tiempo dirá si la decisión del distrito de Ciutat Vella de desplazar todas las estatuas humanas de La Rambla a la zona de Santa Mónica es un acierto. Por lo pronto ayer, en el estreno de la medida, el desencuentro entre la regidora Mercè Homs (CiU) y los artistas fue evidente. Para empezar, solo acudieron 10 de las 27 figuras seleccionadas, que no ocultaron su malestar por el nuevo espacio y criticaron el proceso de selección. El Consistorio asegura que se trata de “una apuesta clara por la continuidad de su actividad” y de la mejora del paseo.
El Ayuntamiento tomó la decisión del traslado en enero de este año, en el marco del Plan Cor, con el que se busca mejorar el tradicional paseo. Las actuaciones callejeras generan, según Homs, aglomeraciones que impiden la circulación y atraen a los carteristas. Santa Mònica —“la rambla de las estatuas”, como la bautizó la regidora— es un espacio más adecuado para este tipo de espectáculo, según el Consistorio. Los artistas experimentaron ayer los problemas que han denunciado desde el principio: trabajar sin sombra, con pocas monedas en sus huchas... “El sudor se lleva el maquillaje”, se quejó Luis Alberto Silva, el vaquero. “Aquí no bajará nadie en invierno”, agregó Fabián López, el portavoz de las estatuas.
Para el nuevo concurso de estatuas humanas se presentaron 35 solicitudes,frente a las 82 del primer proceso. López aseguró: “Las condiciones eran muy difíciles y el Ayuntamiento tuvo que relajarlas para que muchos nos pudiéramos presentar”. Y aunque había 30 plazas, solo se ocuparon 27. Algunas de las novedades, como las figuras del poeta Joan Brossa, Sant Jordi y Gaudí, no participaron del debut.
“Somos profesionales, no mendigos. No se pueden poner estatuas a seis metros, es como si escucharas Otelo y El barbero de Sevilla al mismo tiempo. Cada uno tiene su atmósfera”, aseguró Walter San Joaquín, que encarna el personaje del Quijote. “Nosotros actuamos, no se nos puede escoger solo mirando una foto y un currículo, sin ningún tipo de presentación”, dijo López.Homs defendió la labor del jurado —compuesto por miembros del Institut del Teatre y el festival Grec, entre otros— y justificó que no hubiera un encuentro cara a cara: “Son estatuas, no tienen que hacer ningún movimiento en especial”.
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