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“Sí se puede, sí se puede”

El público del Alcorcón abarrota Santo Domingo con camisetas amarillas y con su apoyo acompaña a los de Anquela a la final de la promoción que disputará frente al Real Valladolid

Los jugadores del Alcorcón posan al inicio del partido.
Los jugadores del Alcorcón posan al inicio del partido.CLAUDIO ÁLVAREZ

No era un partido cualquiera. Quizá por eso todos los asistentes anoche al estadio de Santo Domingo se vestían de amarillo. Igual que la Agrupación Deportiva Alcorcón, que con su empate de ayer (a cero) doblegó a todo un Hércules de Alicante. Tanto público acudió al campo, con un aforo de unos 3.500 espectadores, que hasta mediada la primera parte seguían accediendo espectadores, que por 5 euros se podían comprar una camiseta amarilla patrocinada por los centros comerciales del municipio, en la que se podía leer el lema: “Sí se puede, sí se puede”.

Esta es ya una frase hecha en el deporte en general, pero para este Alcorcón es todo un signo de identidad. Pudo al Real Madrid de las estrellas, y ahora ha accedido a la final de la promoción, en la que se enfrentará al Real Valladolid.

La grada del Alcorcón anima a su equipo.
La grada del Alcorcón anima a su equipo.CLAUDIO ÁLVAREZ

Y eso que tiene uno de los presupuestos más bajos de la categoría de plata, y uno de los estadios con menos aforo. Todos esos condicionantes los suple con la dirección de Juan Antonio Anquela, que obliga a todos sus futbolistas a jugar al toque, sin emular a sus compañeros de categoría que optan por el pelotazo. Una rara avis en la Segunda División.

Ayer, más o menos cada cuarto de hora, más amarillos que nunca, los espectadores se lanzaban a cantar la frase que también se puede leer en las camisetas. “Sí se puede, sí se puede”.

Y claro que pudieron. Y pese a que muy pocos hubieran apostado al principio de la temporada por el ascenso.

En el minuto 18 de la segunda mitad, con la miel en los labios, el público de Santo Domingo cambió de eslogan, adoptando el archiconocido “¡A por ellos!”.

A un cuarto de hora del final, con un completo dominio del balón, los alcorconeros ya tocaban con la punta de los dedos el pase de eliminatoria. Los nervios atenazaban a todo el campo. A casi todo, porque los 11 de Anquela apenas dejaron de tocar y tocar.

Fruto de este juego, en el minuto 44, los amarillos, tras una galopada de Ángel Sánchez, volvieron a cantar el “sí se puede”.

Los nervios pudieron con los herculanos, que se enzarzaron en una pelea absurda que enfervorizó todavía más al público, que ya se veía en la final de la promoción, una meta inesperada al principio de la temporada, la segunda de los amarillos en Segunda División.

Al salir, la conversación entre dos aficionados resumía la opinión de los aficionados de este equipo: “Yo prefiero que no suban”, explicaba uno, que rápidamente tuvo la contestación de su amigo: “Luis, si tienen que subir, que suban, qué se le va a hacer”. Pero rápidamente el otro contestó: “Sí, pero no es lo mismo ganar 15 partidos que ganar cuatro. Así no disfrutaríamos...”.

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